6 nov 2014

El Calibre Real del Oso



Según la revista Forbes, Volodia Putin es el hombre más poderoso del mundo. 

Eso no es cierto, por más que el líder de la estepa eslava tenga cien veces más densidad testicular que su colega, la cotorra negra de la jaula blanca. 

El sistema económico putinesco se montó esencialmente sobre la recuperación del control estatal del petróleo ruso. Para financiar su improductivo estado Putin necesita cobrar $ 100 por cada barril de petróleo. Hoy ese precio oscila entre $ 77 y $ 84, gracias a que los ingenieros norteamericanos han conseguido perfeccionar el fracking para aumentar casi seis veces la producción estadounidense desde 2008. Como consecuencia directa, ahora mismo Putin ha tenido que intervenir para salvar de apuros financieros a Rosneft, su consorcio energético, y para ello no tiene otra opción que imprimir rublos. Rusia no es USA e inundar el mercado de dinero conducirá sin embotellamientos a la inflación. Una recesión en 2015 prácticamente ya no hay quien se la quite a Rusia de encima. En esas condiciones, si el precio del petróleo no sube por una decisión política saudí-americana, las reservas rusas de divisas se habrán volatilizado a mitad del próximo año. Para final del año el oso puede estar desesperado, con la piel llena de llagas y lanzando zarpazos. 

No se puede ignorar que la verdadera daga en el corazón soviético no fue Afganistán ni los dislates de la perestroika, sino los 20.000 millones de dólares que perdían cada año desde finales de los 70 por la manipulación del precio petrolero acordada entre saudíes y gringos. De ahí viene, por cierto, la agradecida vista gorda de los segundos hacia las maldades islámicas de los primeros.
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