20 oct 2014

¿Quién puede acabar con IS?

 
Cabecilla checheno de IS


Primero, ¿quiénes conforman la milicia de IS? 

IS dispone de unos 12.000 hombres armados. No se trata de un levantamiento popular, por tanto, no son recolectores de dátiles y pastores de cabras devenidos guerrilleros, aunque de esos también los haya. Se trata de voluntarios suníes con ganas de matar y venidos de toda la umma (el mundo islámico.) Respecto a la motivación asesina es algo equivalente a los sicarios de un cartel de narcotraficantes, para ponerlo en términos latinoamericanos dentro de lo que cabe. 

El grupo más grande son árabes, entre 40 y 60%, principalmente sirios e iraquíes, pero también libios, jordanos, egipcios, argelinos y hasta yemenitas. Sin embargo, la fuerza principal, el núcleo duro que ha llevado al éxito a los yijadistas, proviene del Cáucaso. Constituyen tal vez el 20% y son chechenos y en menor medida daguestanos, así como algunos de otras minorías del rompecabezas étnico de aquella agreste región. Otro grupo importante, e igual muy superior a los árabes en capacidad combativa, son los afganos. El último grupo con significancia son los voluntarios europeos, que provienen de Albania, Kosovo, Bosnia y de las minorías musulmanas de Europa Occidental, especialmente de UK. Fuera de estos grupos queda apenas un porcentaje ínfimo y variopinto que incluye desde moros filipinos hasta afroamericanos. 

¿Con qué armamento cuenta IS? 

IS dispone de todo el armamento convencional de un ejército con la excepción de fuerzas aérea y antiaérea funcionales. Todo ello cortesía de los EE.UU. y Arabia Saudita, así como de Iraq y Siria. El equipamiento en blindados, tanques y Humvees, y la artillería pesada proviene del ejército iraquí, que a su vez lo obtuvo de los EE.UU., pagado por el contribuyente americano en su gran mayoría. Fueron alrededor de 23.000 millones de dólares generosamente donados a un ejército fantoche, que abandonó buena parte en pánico ante el avance terrorista, si bien nadie duda de que varios generales iraquíes fueron sobornados para que no lo impidiesen. El resto del armamento, sobre todo la munición, entró alegremente por la frontera turca: 21% americano como obsequio para los enemigos del clan Assad –quienes resultaron ser víctimas, amigos o parte misma de IS, como las pandillas Yibhat el-Nusra o Ahrar es-Sham–, así como 25% de China, 20% de Rusia y el resto francés, italiano, iraní e incluso alemán y austriaco, todo pagado por Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Arabes y suministrado principalmente por Sporting Supplies International, una firma estadounidense. 

En cuanto a la fuerza aérea, IS dispone de unos pocos aviones rusos, viejos MIGs capturados en bases sirias, así como escasos y longevos pilotos iraquíes, veteranos de Saddam Hussein, quienes hasta ahora apenas han conseguido ensayar despegues y aterrizajes volando a baja altura. Por el lado antiaéreo IS cuenta con cohetes tierra aire de segunda categoría, con los que pueden derribar únicamente helicópteros de menor potencia: dos iraquíes por el momento. 

Luego, ¿quién no puede acabar con IS? 

Los alauitas de Assad, con sus aliados chiitas libaneses de la Hezbolá e iraníes de los Pasdaran, no pueden. Y no les conviene todavía, pues el mayor piquete sirio dentro de IS son presos políticos que Assad liberó expreso cuando Obama amagó con atacar a Siria. 

El resto de la oposición siria no puede. 

Los iraquíes chiitas no pueden. 

Los kurdos no pueden y, si pudieran, los turcos no lo permitirían. 

Los iraquíes sunitas ni pueden ni quieren. 

Los turcos no quieren, como nunca han querido hacer nada que pueda beneficiar a los kurdos. 

Los israelíes no lo harán, a menos que se aproxime el apocalipsis. 

Los ingleses no pueden. Después de vencer a los boers en 1902 la única guerra que han ganado solos fue contra Argentina. 

Los franceses podrían, siempre y cuando IS previamente cambie sus chechenos y afganos por negros africanos. 

Los rusos podrían, pero no están por la labor de limpiar la porquería que sembró occidente mientras éste les sea hostil con sanciones por el conflicto en Ucrania. 

Entonces, ¿quién puede? 

Los EE.UU., claro, pero cuando vuelvan a tener un presidente cristiano.
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