28 ene 2010

La bola y la bala

Foto: Salvador Cabañas, delantero paraguayo.

Desde hace 3 días la noticia en México es la agresión al goleador estrella del Club América. A las 6 de la madrugada del día 25 al paraguayo Salvador Cabañas le propinaron un tiro en la cabeza en el baño de un conocido bar capitalino. Como de costumbre, en esa madrugada hubo 9 balaceras tan sólo en el barrio de Tepito. Y un total de 122 en toda la noche en el Distrito Federal. El número de muertos y heridos registrados ascendió a 26, pero sólo uno era un futbolista famoso.

El mismo día 25 fue arrestado el agresor junto con tres cuates. Igualmente se encuentran detenidos varios empleados del local, porque permitieron la tranquila retirada de los malhechores y más tarde no dejaron entrar a la policía hasta que llegó de refuerzo el comando especial. El tirador fue identificado como José Jorge Balderas Garza, un sujeto sin vínculo laboral, aunque sí vinculado al Cartel de Sinaloa. A José Jorge se le conoce como JJ o también El Modelo, probablemente debido a su típico porte de galán chaparro con elegante barriguita.

Inicialmente la policía dio a entender que la causa del trágico incidente había sido una bailarina cubana llamada Diana, teñida de rubia por más señas, quien acompañaba cariñosamente a los clientes de Sinaloa.

Foto: Diana La Cubana con Francisco El Contador, un subalterno de JJ, en la entrada del baño segundos antes del disparo.

Sin embargo, hoy se ha revelado la verdad sobre el suceso, que demuestra que cherchez la femme es una buena sugerencia pero no un axioma. La disputa en el baño fue simplemente sobre bolas.

Esto que sigue es lo ocurrido, tal como lo divulgó la procuradoría del DF tras 3 días de investigaciones. El testigo principal es el encargado de la limpieza del baño.

JJ estaba lavándose las manos cuando entró Cabañas a orinar. JJ se aproximó al mingitorio y le habló al paraguayo.

- ¿Qué pasó, Cabañas? –saludó.

Por toda respuesta el aludido movió el chorro de orine de arriba a abajo.

- ¿Qué tal se te da ahorita la bola, Cabañas, cómo van esos goles? –insistió el sinaloense.

El sudamericano movió el chorro de izquierda a derecha, pero siguió ignorando al mexicano.

- ¿Ah... pero no me vas a contestar... a mí? –inquirió JJ ligeramente cabreado.

Cabañas se sacudió el órgano, levantó la vista e indagó despectivo:

- ¿Y tú quién eres?

JJ comprendió que Cabañas realmente no lo conocía, y decidió presentarse de una forma convincente.

- Yo soy esto no más... –susurró sacando la pistola.

- ¿Sí? ¿Y qué vas a hacer con esa mierda? –replicó el bravo guaraní.

- Te voy a dar un tiro, pendejo, si no te callas la bocota… –prometió El Modelo.

- ¡Pues tírale, tírale ya, marica...! ¿Qué? ¿No tienes güevos…?

Y ahí sobrevino el disparo.

Y, bueno, Cabañas sigue en coma, mientras que JJ ahora ya tiene su narcocorrido.

13 ene 2010

Migraña


He recibido un email, amable y angustioso a la vez, de una desconocida lectora, quien por elemental discreción usa un seudónimo, planteando su situación y solicitando mi consejo. Considero que se trata de un percance no tan anómalo y que podría afectar a otras personas. Por ello me parece apropiado hacer pública mi respuesta.

El mensaje en cuestión es el siguiente.

Querido Güicho:

Mi nombre es Miriam. Bueno, no es mi nombre real, pero puedes llamarme así. Lo que sí es real es que soy una asidua lectora de tu blog, aunque nunca comento. Es que soy un poco penosa. Sin embargo, hoy te escribo por una situación bastante especial en la que me encuentro, confiando en que me puedas ayudar. Algo me dice que tú sabrías manejar muy bien mi complicación. De mí te diré que tengo 43 años, estoy casada en segundas nupcias, y tengo un niño de 12, fruto de mi primer matrimonio.

Verás, como de costumbre, el sábado pasado salí a comprar. Fui sola, pues el niño se queda con su papá casi cada fin de semana y mi marido se desespera con todo lo que sea tiendas, compras y demás. Apenas entré en el Mall me dio un fortísimo dolor de cabeza. Camine unos minutos entre la gente, pero era tanto el malestar que decidí regresar, tomarme algo y acostarme a descansar. Llegué a la casa, fui directo hacia el botiquín del baño, y me encontré a mi esposo en el jacuzzi con la vecina de al lado. Es una chiquita de veintitantos que trabaja de bailarina en AméricaTeVe. No empecé a gritar porque la jaqueca no me lo permitió. Aumentó tanto que hasta pensé que perdería la conciencia.

Mi marido tiene mi edad y estamos casados ya casi 10 años. Horas después, pasado un poco el dolor, cuando lo confronté duramente, él me confesó que esa relación con la bailarina comenzó hace 6 meses. También me dijo que no iría a ver a ningún consejero matrimonial. Yo estoy azorada y no sé qué pensar, ni mucho menos qué hacer. Ojalá que tú me puedas auxiliar.

Un beso

Miriam

Por supuesto que me conmovió semejante situación y, aunque sospecho que Miriam sobrestima mi juicio, decidí intentarlo.

Querida Miriam:

Lamento leer lo mal que lo pasaste. Ese dolor de cabeza puede tener múltiples explicaciones. Puede haber sido, por ejemplo, algo que comiste. Las últimas investigaciones apuntan a que el 90% de los casos de migraña se debe a la intolerancia hacia determinadas proteínas. Sobre todo de la leche, pero también de huevos, carnes o pescados. Igualmente la cafeína y la nicotina influyen de forma negativa. No me dices cómo es tu estilo de vida, mas el estrés, e incluso el hambre, puede ser el detonate. Además, hay ciertas etapas en el ciclo menstrual que podrían estar involucradas en tu malestar. Por último, se me ocurre que en el Shopping el exceso de aromas químicos, desde los perfumes hasta los de la limpieza, puede haberte afectado.

En todo caso te sugiero que, si los dolores persisten, acudas a un médico.

Un beso

Güicho

10 ene 2010

Cabinda

Provincia angoleña de Cabinda, 1976.

Cabinda es una franja de terreno en la costa de los congos. Tan sólo por eso ya sería interesante, pues casi el 60% de los esclavos comercializados en el siglo XIX eran negros congos. Los yorubas nigerianos, en cambio, no alcanzaban ni el 15%. No obstante, actuaban más agresivos. Por eso agitaban al resto del personal en los barracones –menos a los mandingos–, logrando imponer y legarnos su religión Orisha. Por supuesto, la herencia religiosa de los congos cabindeños también perduró en el Palo. Sin ir más lejos: Mayombe es el nombre de una montaña sacra en Cabinda.

A mediados del siglo XIX Cabinda tenía 3 caciques congos y 4 factorías portuguesas. Tanto los caciques como los portugueses aún se dedicaban en alguna medida al comercio de carne. Esta era una actividad tan lucrativa como ilegal, pues ya estaba prohibida la introducción de esclavos en Cuba y Brasil, últimos territorios donde la servidumbre no remunerada aún era legítima por nacimiento. Sin embargo, el final definitivo de la esclavitud se vislumbraba allí también. Efectivamente, en 1880 se abolió en Cuba y en 1888, en Brasil. En Cuba incluso se impuso por ley el pago del trabajo negro en 1886. Sí, puede parecer injusto, y lo era, pero ¿qué son 6 años de trabajo voluntario frente a 370 de esclavitud?

En 1885 los 3 caciques cabindeños firmaron un papel que los sometía formalmente a Portugal. En realidad firmó un solo cacique, ligeramente ebrio de vino de Oporto, asegurando que actuaba en nombre de los 3. Es conocido como el Tratado de Simulambuco y estaba redactado en el mejor estilo yoruba, aunque en lengua portuguesa. Fue a partir de ahí que los guerreros cabindeños tuvieron que renunciar a la cacería, no sólo de hombres, para poder trabajar en las nuevas plantaciones de café, caucho y cacao.

La fresca posesión lusitana debería haber llegado hasta el río Congo, pero ese mismo año, durante la repartición de Africa en la Conferencia de Berlín, Leopoldo II de Bélgica había negociado con los portugueses el trueque del extremo sur de Cabinda por un área mucho mayor al noreste de Angola, también flamante colonia de Lisboa. Leo II necesitaba una salida al mar para su gigantesca hacienda privada africana, llamada Estado Libre del Congo. Fue el mayor latifundio de la historia y duró de 1884 a 1908, año en que fue anexado a Bélgica tras reiteradas protestas mundiales por los excesos de su majestad con los nativos. Así que Cabinda quedó definida entre el Congo francés, el Congo belga y el mar (británico, por supuesto.)

Colonia portuguesa de Cabinda, 1913.

A diferencia de Mozambique y Angola, en Cabinda los portugueses no tuvieron ningún problema de subversión durante las primeras décadas coloniales. En buena medida se debió al efecto pedagógico belga. El Estado Libre del Congo es hasta hoy el único espacio de ley cristiana moderna donde ha imperado la sharia o algo similar. Ciertamente la administración leopoldina era bastante draconiana con los congos. Por el incumplimiento de la norma de recolección de caucho: amputación de una mano; intento de fuga: amputación de una pierna; ignorar una orden: corte de una oreja; contestación indebida: corte de la lengua; etc. Los cabindeños intuían que les iba mucho mejor con los perezosos capataces portugueses.

A mediados del siglo XX se descubrió petróleo en Cabinda. En los años 60 se revelaron, además, enormes reservas offshore. Para explotar el petróleo a los portugueses les faltaba el conocimiento y la tecnología. (Y así es todavía.) De manera que la concesión se le otorgó a la Gulf Oil of Pennsylvania. Con el objetivo de operar en el enclave se creó una filial: Cabinda Gulf Oil. No ha cambiado desde entonces. Si bien la Standard Oil of California compró a la Gulf Oil en 1984 y denominó al paquete Chevron. Luego Chevron fusionó con Texaco en 2001 bajo el original nombre de ChevronTexaco. Sonaba como una marca de tacos y quesadillas, así que en 2007 volvieron a titularse Chevron.

Yowa, el cosmograma congo: Songo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé, Bernabé le pegó a Muchilanga, etc.

El comienzo de los años 60 fue testigo del despertar del nacionalismo africano. Algo raro en un continente dividido en tribus. Así las cosas no podían salir perfectas. Cada movimiento nacionalista respondía más o menos a una tribu. Salvo los comunistas, que en todas partes respondían a Moscú. Angola no fue una excepción. El Frente Nacional de Libertação de Angola (FNLA) era de los congos; la União Nacional para a Independência Total de Angola (UNITA), de los emparentados ovimbundus y kimbumdus; y el Movimento Popular de Libertação de Angola (MPLA), de los rusos. En Cabinda las condiciones eran mejores. Había una sola etnia: los congos, que crearon el Frente para a Libertação do Enclave de Cabinda (FLEC), encabezado por Luiz Ranque Franque.

En realidad, los emancipadores angoleños y cabindeños pasaron las de Caín. Había bastante apatía popular y, nuevamente, las atrocidades entre los revolucionarios en el vecindario zairense resultaban poco estimulantes. Eso cambió cuando en 1974 triunfó el socialismo militar en Portugal. La velocidad con que los milicos lusos se levantaron y salieron de Africa no permitió ningún género de higiene.

El 15 de enero de 1975 el nuevo gobierno de izquierda portugués se reunió con MPLA, FNLA y UNITA en Alvor, una aldea del Algarve, y acordaron la independencia de Angola para el 11 de noviembre de aquel año. El FLEC no sólo no fue invitado, sino que Cabinda le fue concedida a la nueva república angoleña. Era el lógico resultado de una fatalidad geológica llamada petróleo. ¿Qué había sucedido? Durante años, impedidos de mayor gloria por la debilidad táctica y el instinto natural, la principal actividad insurgente del FLEC había sido tirotear instalaciones y funcionarios de la Gulf Oil. Sin causar daños serios, gracias a la abundante presencia militar portuguesa, pero sí con el molesto encanto de una colección de ladillas. Gulf Oil no quería saber nada del FLEC y cuadró la caja tanto con los portugueses como con los angoleños. FNLA, UNITA y MPLA no habían sido más galantes con las empresas foráneas en Angola durante su lucha independentista, pero no operaban en Cabinda. Nunca fastidiaron a Gulf Oil. Se trataba de aquel viejo axioma gringo que reza: If you fuck but not me, then you are no fucker for me.

Conferencia de Alvor: Agostinho Neto (MPLA), Holden Roberto (FNLA) y Jonas Savimbi (UNITA).

Como es lógico, tan pronto se bajaron del avión que los trajo de Portugal se armó la de San Quintín entre FNLA, UNITA y MPLA. Estaba claro que quien estuviese en Luanda el 11 de noviembre heredaría Angola de la metrópoli ibérica. Aunque el FNLA disponía de más hombres, el MPLA tenía los mejores comandos urbanos. Obviamente, siendo rojos su ascendencia sobre los universitarios era total. En fin, todos los mulatos pistoleros de Luanda estaban con el MPLA. Era natural que tomara la iniciativa.

Hay que mencionar que el MPLA carecía de una total cohesión. El mayor rival interno, Daniel Chipenda, había intentado eliminar al secretario general en 1973. Una advertencia del KGB a última hora evitó el éxito del complot. Chipenda, quien opinaba que Neto era un tibio mulatofilo, tan sólo consiguió llevarse 1.500 hombres del MPLA para fundar la Revolta do Leste (RDL). También un segundo grupo, más sosegado, se había separado del MPLA e intentaba evitar la guerra civil en ciernes, la Revolta Activa (RA).

El ala radical del MPLA, con Nito Alves a la cabeza, presionaba para actuar. Agostinho Neto no vaciló más cuando los soviéticos le prometieron armas e instructores. Arremetió primero contra el RDL. El mejor comandante del MPLA, el legendario Valódia, recibió la orden de asaltar la guarida de la banda disidente. Chipenda, como casi toda su gente, era un ovimbundu, y presumía de que un negro podía ser tan bravo como cualquier mulato. Al parecer, no se equivocaba, pues esa noche Valódia y muchos de sus hombres cayeron. La más bella pieza épica de la trova revolucionaria angoleña fue compuesta en su memoria.



Valódia, Valódia,
Valódia tombou em defesa do povo angolano!

Es fácil imaginar un texto más acorde a las verdaderas circunstancias.

Valódia, Valódia,
Valódia tombou em defesa do novo tirano!

El RDL se reagrupó y se preparaba para el desquite. Corría el mes de marzo. Ahí intervino el gobierno portugués, que encontraba más simpático al MPLA, y amenazó con salir de la esquina neutral si el RDL no se desarmaba o se integraba a uno de los 3 movimientos autorizados. Ni corto ni perezoso, Chipenda se pasó al FNLA, cuyo líder Holden Roberto ordenó inmediatamente la revancha contra el MPLA por lo sucedido con sus nuevos camaradas. Casualmente, durante los últimos meses Holden venía infiltrando en la ciudad a sus mejores tropas, entrenadas por los chinos en Zaire con la venia de su concuñado, el presidente Mobutu. Comenzó la batalla de Luanda.

En abril las fuerzas del MPLA habían sido obligadas a retroceder hasta la periferia sur de la capital. En mayo llegó el primer cargamento de armas soviéticas. Y las autoridades portuguesas licenciaron –desarmados, claro está– a los policías y soldados angoleños del ejército colonial que estuviesen dispuestos a incorporarse al MPLA, un paso que habían dado por cuenta propia no pocos suboficiales negros con anterioridad. En junio regresaron los 100 cuadros del MPLA que habían ido a pasar un curso intensivo de fuerzas especiales en la URSS, apodados bimbo-spetsnaz por los bromistas del KGB. El FNLA empezó a perder terreno. Jonas Savimbi, el jefe de la UNITA, comprendió en esos días que debió apoyar al FNLA cuando éste iba ganando y no esperar para machacar a un vencedor cansado. En julio el MPLA había expulsado de Luanda a todos sus rivales. Los que no consiguieron huir habían muerto o llenaban las prisiones de la ciudad, donde muchos ya habían dormido hacinados junto a los que ahora fungían de carceleros. El MPLA controlaba apenas Luanda y las regalías petroleras, mas eso era suficiente dada la benevolencia del gobierno socialista portugués.

Facciones de la guerra de Angola: El comemierda de la derecha vino del Caribe.

En las semanas previas a la proclamación de la independencia llegaron casi 500 kubinski spetsnaz por cortesía de Aeroflot. Numerosos barcos mercantes estaban en camino con miles de soldados antillanos, sin más fortuna en perspectiva que una soberana malaria en el mejor de los casos. Para Cabinda aquello significó el debacle. Los 4.000 portugueses que protegían a Gulf Oil fueron sustituidos por 1.500 cubanos, cifra que se multiplicaría luego hasta casi 10 veces. Bajo el fuego cubano el FLEC fue batido y abatido a lo largo y ancho del ahora exclave angoleño. Cientos de guerrilleros perecieron, y algunos civiles también, aunque nadié los contó. El FLEC desapareció de la selva de Cabinda y se refugió en la escondida voluntad de algunos cabindeños. No fue gratis, pero salió barato. El gobierno de Angola ofreció pagar del dinero petrolero americano 3 dólares por hombre y día al cubano. Generoso oriental como es, el Máximo Líder dijo que le bastaba con la mitad. No fue el único servicio extra de las tropas cubanas. Cuando la facción radical de Nito Alves se lanzó a un golpe de estado contra Neto el 27 de mayo de 1977, los tanques cubanos detuvieron y aplastaron la intentona. Agostinho no tuvo clemencia y organizó rápidamente un San Bartolomé con nitistas, militantes sospechosos, prisioneros políticos y disidentes de todo color, que se llevó 30.000 vidas.

Hace 20 años los cubanos en Cabinda fueron sustituidos por tropas del MPLA. La guerra civil acabó en 2002. José Eduardo dos Santos, el sucesor de Agostinho Neto al frente del MPLA, es uno de los hombres más ricos de Africa, algo inimaginable para quien llegó a Luanda como un hambriento adolescente de São Tomé e Príncipe. Cabinda sigue produciendo el 60% del petróleo angoleño con Gulf Oil. Y continúa siendo una de las provincias más pobres de ese miserable país. Para calmar los ánimos en el exclave, en 1996 Luanda aprobó una ley estipulando que el 10% de los derechos petroleros se quedarían en Cabinda. El único resultado ha sido pugnas dentro del MPLA por el puesto de gobernador de esa provincia.

Cabinda en la actualidad.

En estos días se celebra en Angola la Copa de Africa de Fútbol. Una de las sedes es Cabinda, donde el equipo de Togo fue atacado por el renacido FLEC. Usaron el mismo método de antaño: tirotearon el ómnibus de los togoleses. Resultado: 2 muertos y 7 heridos. “Nos ametrallaron como a perros” –fue el testimonio del fortuitamente ileso Emmanuel Adebayor, jugador estelar del Manchester City.

Futbolistas togoleses atacados en Cabinda.

Pero no es cierto. La verdad es que, aunque la vida de los canes tampoco sea nada fácil, son las personas quienes suelen ser ametralladas en Africa con mayor frecuencia y facilidad.


Galería de próceres:

Angola, de izquierda a derecha y de arriba a abajo: Jonas Savimbi (UNITA), Holden Roberto (FNLA), Daniel Chipenda (RDL), Agostinho Neto (MPLA), Nito Alves (MPLA), José Eduardo dos Santos (MPLA).

Cabinda: Luiz Franque Ranque (FLEC).

[Pinchar en las imágenes para agrandar.]

8 ene 2010

Lecturas & Lectoras

El otro día me comentaba mi amigo Peter, no sin cierto orgullo, que su mujer suele leer un par de libros por mes. Dicho sea de paso que Peter tiene 63 años, 30 más que su esposa. Le contesté que me parecía muy bien, siempre que no leyera en la cama. Creo que Peter no me entendió -en definitiva, es británico-, pues replicó que cualquier lugar resultaba apropiado si el texto era bueno. No insistí, mas el asunto me dejó pensando. Y es que, aunque nunca sistematicé el proceso, casi siempre conseguí una buena comunicación al acercarme a una lectora. La razón es muy simple: Como la ropa, la mímica o la forma de comer, un libro dice mucho de la dama que hurga en sus páginas. Supongo que ya es hora de intentar una metodología al respecto. Y al instante me percato de que me falta paciencia para configurar categorías. Por lo pronto, veamos algunos ejemplos de cómo utilizar lo que delata una lectura sobre su lectora.

Ella busca emociones inspiradoras. Esencialmente necesita alguien que le diga qué rumbo tomar, en qué posición se ha de colocar, etc. Para llegar hasta ella hay que apelar a instintos mesiánicos. Y también tener presente algunas cosas. Por ejemplo, que el día que uno se canse las lágrimas van a alcanzar para llenar el Jordán. ¿Cómo proceder? Vaya directo hacia ella, amable y pausado, pero con mucha convicción. Siéntese a su lado y dígale, no, revélele algo positivo, pero no sea demasiado místico porque la confundirá. Use algo clásico, como aquello de que la felicidad puede estar más cerca de lo que imaginamos.

Más claro ni el agua, aquí hay una carencia cualitativa o cuantitativa, incluso si está disfrazada de curiosidad. Pero también hay un propósito. Y la disposición es la madre de las oportunidades. No sólo para los calvinistas. Lo más probable es que ella haya dejado atrás, por decisión o por desespero, muchos tipos de pudores. Eso, amigo, puede ser maravilloso. A menos que sea un escaso caso de frigidez crónica, por supuesto. ¿Cómo proceder? Sea creativo. Despierte su curiosidad. Aunque evitando el sarcasmo, por más que esa herramienta sea tan efectiva. Arranque diciendo, por ejemplo, que el libro no está mal, aunque algunas cosas no son ciertas. Y mantenga la línea. Eso es muy importante. Cualquiera que sea el dislate al que dio comienzo, sígalo hasta las últimas consecuencias. En su situación ella aprecia instintivamente la perseverancia.

No es tonta. Pensar tal cosa sería, como mínimo, exagerado. Tal vez sea joven e incauta, sí, ¿y qué? La inmadurez nunca es suficientemente pretenciosa para resistirse a un buen misterio. Es posible que éste sea su primer libro. Y está claro que en McDonald’s no permiten leer durante el trabajo. ¿Cómo proceder? Cuéntele del final alternativo de la novela. O de la parte de la trama que la autora escribió y antes de publicar descartó. Dígale que leyó el manuscrito, traspasado de mano en mano de forma secreta e ilegal. Y añada que ahí aprendió el ritual de la seducción-succión, o algo similar. Mencione, por ejemplo, los tres puntos del vampiro y prométale que se los enseñará. Aplique levemente tres dedos en su cuello. Si ella se deja, no pierda tiempo, quite los dedos y muérdala.

Es perversa. Puede que no lo sepa, pero por suerte lo es. Probablemente ella conozca bastante más teoría que uno, aunque uno haya practicado mucho más lo poco que sabe. Es inútil intentar despertar su interés resaltando lo primitivo que uno es. Ya habrá ocasión de mostrárselo en la intimidad. Pero primero hay que llegar hasta allí. Y para ello tampoco es apropiado pretender ser más de lo que uno es y, mucho menos, más de lo que ella es. ¿Cómo entonces? Trátela de igual a igual. Invítela a una copa de vino. E inmediatamente agregue que la cuenta será dividida entre los dos.

Ella es bella. Lo sabe o lo cree. Y arisca, como quien se supone especial. Pocos seres se masturban con tanta dignidad. Hasta se pinta las uñas para la ocasión. En cambio, si algo le parece extraordinario, digno de sí, se encanta y se desborda. Porque, en realidad, está un poco solita. Por tanto, con ella hay que ser muy exclusivo. No se lance a sus pies. Sólo conseguiría provocar un poco de asco. No la persiga. Puede que así llegase a conquistarla, pero eso sólo sería posible si no aparece un zorro antes. Sí, el zorro es el que funciona acá. Con ella hay que mostrarse, y no demasiado cerca. Desaparecer. Volver y decir algo interesante... a otra. A continuación apartarse. Para después regresar hasta su desierto planeta con una única coca-cola: uno mismo. Ahí ella, casi seguro, querrá beber.

Hay dos posibilidades extremas, y nada de por medio. O ella es un agujero negro, donde desaparece todo placer. O, con el aporte de uno, puede ocurrir un Big Bang emocional. ¿Cómo proceder? Aquí se necesitan pocos y sencillos recursos. Mirarla a los ojos y, sobre todo, estar cerca para que trabajen las feromonas. Así que no abuse del desodorante. Hable con ella. De lo que sea, menos de ciencia. Tampoco hay que alardear de ignorante. Simplemente háblele. No importa si son incoherencias. Ella lo hará peor. Converse, y deje que ella lo huela. Y en cuanto se relaje, búsquele la boca. Si no funciona, en efecto, es un agujero negro.

Se trata de una loca en potencia. En todo caso, está más allá de cualquier recato. Resulta perfecta para revolcarse unas horas, unos días o, incluso, unas vacaciones. El hotel no es importante, los condones sí. Eso es una ventaja, pues los preservativos suelen ser más baratos que una habitación. Aunque ella no le pondría reparo a un hotel que cueste lo mismo. ¿Cómo proceder? No necesita hablar, sino seguir apenas tres pasos. Tóquese el bulto hasta conseguir alguna consistencia. No importa si ella lo ve. Sería hasta mejor. Luego aproxímese. De frente, de lado, da igual. Y afínquele el bacalao.

3 ene 2010

Iroqueses con mainframe y dinosaurios


Hacía tiempo que no iba al cine, 3 años tal vez, si bien he visto muchos largometrajes en ese período. Anoche fui a ver Avatar. Escogí una sala 3D de última generación y con audio equivalente. Algo que no se tiene en casa si uno no es casualmente multimillonario y cinéfilo.

La película es extraordinaria. Me refiero a la óptica. Jamás pensé que el dibujo pudiera ser tan animado. Ni que en un cine me arrojarían una granada de gas con tanta virulencia.

El guión, en cambio, parece el producto de una desaforada copulación entre James Fenimore Cooper y Michael Crichton. Y con la impertinente colaboración de Al Gore masajeando el escroto de quien quiera que fuese.

Por lo demás, es el típico cuento de hadas de Hollywood: Un joven descapacitado de Kansas –u Ohio– llega a la selva de Pandora –o al templo de Shaolín–, pasa un curso intensivo con los nativos y consigue domar a la fiera más grande –o al chino más amarillo–. En fin, King Kong y Scarface siguen siendo las biografías fílmicas más verosímiles de los EE.UU.

Sin embargo, el mensaje de la película no deja de tener cierta dosis de realismo: El tipo con el Ferrari se lleva la mejor hembra.
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