25 jun 2009

Las notas perdidas del Diario del Che en Bolivia 38

Del pensamiento guevariano: …la culpa es de Raúl, pero Fidel no castigará a su hermano mientras me tenga a mí…

Agosto 8 de 1967
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La marcha resultó penosa y lenta. La brecha que abrían los macheteros era muy estrecha. Además, el terreno demostró ser bastante accidentado. Le grité a Benigno que chapeara más amplio. No me oyó porque estaba muy lejos. Me fui desesperando. El asma se despertó. Encima, o sea, debajo, la yegüita tampoco quería apurarse. La insulté. No me hizo caso. Me llevaba con más lentitud que el resto de los hombres a pie. Grité varias veces “¡arre, conchuda!”, y la animé con los talones. La terca yegua tan sólo resopló y siguió igual. Casi lloré. Volví a llamarla “¡conchuda maldita!” No reaccionó. Entonces saqué el puñal y se lo clavé en el cuello. La herida fue grande y profunda, brotando abundante sangre del animal.

Nadie dijo una palabra hasta que ordené acampar. Resolví detenernos porque a la yegua herida se le doblaron las patas. Me levanté del suelo con ayuda de Aniceto. Luego lo mandé a avisar a los macheteros, que ya iban un par de kilómetros adelantados.

Organicé la avanzadilla que venía planeando desde hace unos días. Serán Benigno, Coco, Aniceto, Pocholo, el Ñato, Darío, Pablito y Camba. No prescindibles son Benigno y Coco, sobre todo el primero. Saldrán temprano en la madrugada y avanzarán todo el día sin pausas innecesarias. Pasado mañana al amanecer regresará Camba para reportar lo que hallaron. El resto seguirá a igual ritmo. Al día siguiente vienen Pablito y Darío. Al otro día, lo mismo, retornando Coco y Aniceto. Por su parte, Benigno, Pocholo y el Ñato no pueden regresar hasta que no consigan mis medicinas. La reintegración de los primeros 5 exploradores tomará un máximo de seis días. O un mínimo de cuatro, si nosotros nos movemos hacia ellos. Si nos cruzamos en el camino, puede demorar más. No quiero pensar en el caso de que nos perdamos.

La noche la reservé para una necesaria reunión de análisis. Expuse lo difícil de nuestra situación y descargué duro: Hay mejorías. Pacho ya camina desde que nos comimos su caballo. En cambio, yo soy un auténtico guiñapo, mas aquí sigo. Sólo en momentos muy puntuales, como con la yegüita, he tenido un pequeño descontrol. Eso no sucederá nuevamente. Dudo que la yegüita sobreviva esta noche. Ahora bien, estas deficiencias detectadas son, a todas luces, un problema colectivo. Cada uno en el grupo debe sentir el mismo peso sobre sus hombros, y ya es hora de que cada cual reconozca si puede sobrellevarlo o no. Quien no pueda, que salga y lo diga. Este es el momento de dar la cara. Las vicisitudes de la lucha guerrillera nos posibilitan dos cosas: crecer hasta alcanzar la categoría superior humana, el ente revolucionario, y forjarnos como hombres. El que no sea capaz de conseguir al menos una de las dos categorías que lo manifieste y que se vaya.

La totalidad de los cubanos afirmaron ser hombres y revolucionarios. Cuatro bolivianos prometieron llegar a revolucionarios. El resto parecía dudar. Fui directo al grano y exigí definición a los más flojos.

Chapaco prometió graduarse de hombre, aunque le llevase el tiempo que fuese. Camba dijo que pensaba que podría llegar a ser hombre, pero que no estaba seguro si lograría algún día ser ente. Eustaquio afirmó que él no era menos hombre que Muganga, su compañero en la guardia binacional, ya que el cubano no recoge nunca leña cuando les toca, e incluso en las marchas colgaba su mochila en el mulo. El Moro le contestó a gritos que era un maricón y que para ser hombre lo primero era saber callarse. Pocholo aprovechó para denunciar que no sólo el Moro dejaba todo el trabajo para Eustaquio, sino que también Pacho le hacía lo mismo a él. Inmediatamente Pacho lo llamó hijoputa, lengüilarga y otros apelativos. Tuve que zanjar el debate antes de que se fueran a las manos. Declaré que nuestro objetivo no era discutir aquí los problemas personales entre los compañeros, y di por terminada la reunión.

[…]

7 comentarios:

  1. Don Guicho, se comieron tambien la yeguita? Esa gente comia mas carne que en Cuba!!!!

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  2. "La totalidad de los cubanos afirmaron ser hombres y revolucionarios. Cuatro bolivianos prometieron llegar a revolucionarios. El resto parecía dudar. Fui directo al grano y exigí definición a los más flojos."

    Y lo que sigue a esto...Despatarrante, y "di por terminada la reunión".
    !!!!!
    ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos a Güicho?
    Leí chez el Abicú tu biografía psicológica de Hussein O. Speechless.

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  3. Lo de la yegüíta me ha hecho arrastrarme... Y lo de que el otro camina desde que se comieron al caballo. Bueno, todo absolutamente genial.

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  4. I am back y coincido con Don Eufrates en que esta gente comia mas carne que una persona en Cuba desde el nacimiento hasta su muerte si no se fue antes. El clima de la obra esta haciendo catarsis guevariana.

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  5. Buenas horas se podrán pasar en este blog,saludos Güincho, de un renegado , ya sabes , doble negación = afirmación. Hasta la victoria siempre. ,si se me permite.

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  6. Gracias por los amables comentarios, amigos.

    En estos días no hemos tenido la proyección creativa que reclama este modesto, pero decoroso proyecto didáctico. Sin embargo, juraría con la mano sobre la nieta vegetariana del Che que algún día acabaremos.

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