27 dic 2009

La apariencia no es todo

Foto: Umar Farouk Abdul Mutallab, el frustrado mártir nigeriano de Detroit.

Por lo común, me suele irritar que en los controles de seguridad de los aeropuertos revisen por igual tanto a una modelo sueca como a un beduino yemenita. Creo que me seguirá molestando, pero esta imagen me ha hecho meditar al respecto. Y es que, aunque preferiría sentarme junto a la modelo sueca, lo cierto es que no habría puesto reparo a viajar en la vecindad de este explosivo y moreno caballerito.

Es desconcertante, pues el alma bantú no es nada propensa al martirio. Bueno, martirizar sí, pero... ¿inmolarse? Desde el desierto del Namib hasta el golfo de Guinea las guerras coloniales y poscoloniales demostraron que un pelotón de blancos mercenarios o de negros tutsis puede hacer correr con inusual agilidad a una división de negros bantúes. Nigeria es, además, la madre patria de los delincuentes: Casi el 80% de los criminales organizados africanos proviene de allá. Tipos muy malos, pero poco heroicos. Sí, es verdad que esos afromafiosos son yorubas cristianos u orishas, ¡pero y qué!

Encima, resulta que este negro cabroncete -como diría un amigo mío asturiano- nació en una cuna de ébano y oro. Su padre, Alhaji Umaru Mutallab, es banquero, ex-ministro y multimillonario -valga la múltiple redundancia-. El joven Umar también estudió en un colegio élite británico, hasta que lo exmatricularon en ausencia por... ausentismo. Sin embargo, al comienzo había sido prometedor. Su mentor inglés, el profesor Michael Rimmer, había dicho entusiasmado del recién llegado pupilo nigeriano: "¡Qué maravilla, por fin un estudiante africano que no viene a Europa a singar!"

Y era correcta esa apreciación. Umar era un chico educado, talentoso, aplicado e inteligente. Más tarde empezó a frecuentar una mezquita londinense y cambió. Radicalmente. En noviembre el propio padre advirtió al representante de la CIA en la embajada de Ajuba que el menor de sus 16 vástagos se había vuelto un extremista islámico. A los americanos eso no les pareció suficiente motivo para negarle la visa. El cónsul correctamente pensó que no debía impedir el posible engendro de un futuro presidente.

Mucho me temo que el cocktail de Detroit hará aún más desagradable viajar en avión. Incluso en el improbable caso de coincidir con la modelo sueca.

Foto: Personal Security Scanner.

4 comentarios:

  1. Ahora van a durar más los registros en los aeropuertos, porque además de los zapatos, habrá que quitarse también los calzoncillos.
    No?
    Feliz año nuevo!
    Saludos,
    Al Godar

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  2. Mein Freund, guten Rutsch ins neue 2010 !!!

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  3. Estimado Guicho, le deseo a Ud. y su familia mucha salud para el 2010 y que esa pluma suya continue deleitandonos...

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