4 sept 2010

Seudogringos

Ningún medio es tan propicio para la adopción de seudónimos como la música y, al parecer, a los hispanos les sientan muy bien los nombres anglosajones. Eso se notaba mucho antes de la aparición de los bachateros dominicanos y de la fauna del reggaetón.

Sin embargo, creo que con sus nombres reales algunos cantantes habrían conseguido una sutil dignidad. Nadie podría negar la elegancia de presentar a Los Hombres No Deben Llorar en la voz de Fidelino, en lugar de King Clave, o Libre, Solterito y Sin Nadie interpretado por Leopoldo, en lugar de Leo Dan. Curiosamente, lo único casi común entre los bardos con mote gringo es el origen humilde.

Esta es mi lista top ten anglo-nominativa de la canción hispana.

# 10 Barbara & Dick
Estos bonaerenses resultan la excepción de la regla: fueron niños patricios. El padre de Bárbara era un conocido escultor y periodista. El progenitor de Fernando era un diputado peronista. Barajaron varias opciones antes de decidirse. Los nombres descartados fueron Barbara & Cock, Barbara & Shaft, Barbara & Prick, así como Pussy & Nando.

# 9 Henry Salvat
Actor de telenovelas y cantante de baladas venezolano. En Caracas decían que Henry era la versión económica de El Puma. Exageraban, desde luego. Henry también logró traspasar las fronteras nacionales, llegando a ser conocido en el extranjero, específicamente en Cúcuta, Bucaramanga, Quito y Guayaquil. La verdadera diferencia consiste en que a Henry el compositor Manuel Alejandro nunca le entregó canciones.

# 8 Ana & Johnny
Dúo español que comenzó cantando literalmente En La Cuneta, y luego pasó con más éxito al brutal y atrevido Quisiera Ser Un Caballo. Son recordados por sus temas de corte erótico, algo que entonces se necesitaba en España, donde fornicar recién había dejado de ser ilegal.

# 7 King Clave
Era un pibe de Formosa en el norte argentino, casi que un paraguayo, y llegó a Buenos Aires a los 14 años. Tuvo que aprender al mismo tiempo tanto a solfear como a distinguir la merluza del bacalao, ya que tenía un laburo en una pescadería por la mañana y estudiaba música por la tarde. El sentido melódico guaraní hizo lo demás.

# 6 Ricky Martin
Del simpático boricua se ha dicho casi todo. Incluso lo que ya se veía desde que simulaba lo contrario. El único que no lo había visto era José Feliciano. No obstante, hablar de un síndrome gay Menudo es desmesurado. Robby Rosa también estaba en el grupo y es, cuando menos, bisexual.

# 5 Henry Nelson
Un tipo tan dinámico como adaptable. Oriundo del Quindío colombiano, primero se destacó cantando tangos en Buenos Aires. Parlaba el lunfardo como si hubiera crecido en La Boca. Luego se fue a Galicia y se puso a interpretar tangos en el galego más puro. Las gallegas enloquecían. Cuando Henry cantó en el Teatro Rosalía de Castro de La Coruña no fue la primera vez que se arrojaron bragas a un escenario ibérico, pero sí eran las más aromáticas hasta la fecha. Halagado, Henry regresó a la Argentina a recoger sus cosas para mudarse a España, y ahí tuvo un feo accidente de automóvil. Sobrevivió, pero entonces se volvió un tipo melancólico. Se quedó junto al Río de La Plata y empezó a componer y cantar baladas.


# 4 Buddy Richard
Arribó a la capital chilena como un campesino del interior llamado Ricardo Toro, pero con muchas ganas de hacer música. En Santiago de inmediato encontró trabajo en una lavandería. Siguió insistiendo, y por fin consiguió entrar en una emisora radial. Iba a recoger las cortinas para lavarlas, por eso no pudo cantar. Su suerte cambió cuando se percudió el telón del Teatro Astor. Al llegar a buscarlo todavía lo estaban desmontando y había un micrófono abierto. El resto es leyenda.


# 3 Danny Daniel
Natural de Gijón, este tío tiene una biografía como la de Julio Iglesias. Daniel quería jugar fútbol pero se lesionó y no pudo seguir. Claro, no fue en el Real Madrid como Julio, sino en un club de tercera división, pero lo que vale es la intención. Fue por esa época que a ambos les regalaron sendas guitarras y empezaron a tocar. Julio en el chalet y en la finca de su familia. Daniel en los portales y en los chiringuitos de la playa. Ambos tenían debilidad por las mujeres exóticas. Julio se enamoró de Isabel, una tierna y elegante filipina. A Daniel le ocurrió lo mismo con Donna, una afroamericana ya bastante madura. Por eso, cuando se conocieron, los dos cantantes enseguida se entendieron. Y Julio no dudó en tenderle la mano a Daniel: se lo llevó a su casa como empleado doméstico.


# 2 Leo Dan
Salió de lo más profundo de la empobrecida provincia de Santiago del Estero, donde el promedio administrativo de un gobernador peronista son apenas 50 años. La aldea natal de Leopoldo Dante se llama Atamisqui y es conocida por las bonitas colchas de colores que fabrican. Vienen con un hueco muy práctico en el medio, con lo cual no hay que destaparse para estar más cerca y, en caso de necesidad, metiendo la cabeza –la otra– sirven de poncho. Leo llegó a Buenos Aires y en su primera audición lo contrató CBS. Su primer disco sencillo Celia fue un best-seller. Nunca más ha vuelto a usar poncho.

# 1 Henry Stephen
Era un negrito que vendía limones con una carretilla por las calles de Maracaibo. El mismo se inventaba sus pregones. Por cuestión de rima comenzó a colocar otras frutas en sus versos, y eso lo obligó a buscarse una carreta porque los maracuchos venían a pedirle los mangos, las patillas, las chirimoyas y los tamarindos que pregonaba. Henry siguió ampliando su repertorio, y su negocio, con viandas y frituras. Ya tenía instalado un quiosco cuando un agente de RCA Records se apareció y le ofreció un contrato.

9 comentarios:

  1. estoy perdido, solo del ricky habia oido hablar y quizas con el tema de algun mundial

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  2. Como Ud no hay quien recree mejor la historia!

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  3. Ya no puedo vivir sin usted, querido Güicho. Esa gracia, ese archivo en su mente...Nunca, nunca nos deje amigo.

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  4. De ellos, el más meritorio es Henry Nelson, al cual prohibieron por su "Rompamos el contrato"

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  5. O sea, en Cuba. Lo prohibieron en Cuba por razones... quién sabe.

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  6. Guicho Anna y Johnny era famosos por los gritos de ella, un registro agudísimo. Tomame,libérame del pudor y muéeeeeeeeeeestrame tu cielo no sé qué más. En esa é acentuada podía romperte el tímpano, o cualquier cosa cercana; supongo que no el cerito sexual de Johnny, pues tenía toda la pinta de tenerlo ya hecho añicos.
    Danny Daniel era , sí, de donde yo vivía, y tenía un buen directo y también tenía fama de desafinar, aunque a mí no me lo parecía. Su bombazo fue El Vals de las Mariposas. Después sólo lo volví a ber en La Carreta un mediodía. Y si la memoria no me falla,fue el día que probé el Pollo en cacerola, receta que jamás conseguí pero que me deslumbró.

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  7. http://www.youtube.com/watch?v=Ayu-GCZiZGE
    Me hace gracias la forzada voz italiana y masculina de él, en contraste con la carita de perder aceite que tiene.

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