El tema de la pena capital ha caído en desuso en la
música popular occidental. Se trata de un resultado obvio de la eliminación de
la pena de muerte en todos los países civilizados, con las únicas excepciones
de EE.UU. y Japón, así como en todos los países menos occidentales y menos civilizados en
Centro- y Suramérica, con la única excepción de Cuba. Sin embargo, durante siglos la muerte por ejecución tuvo
una presencia notable en la música popular. En la edad media había incluso
canciones de cuna que describían muy claro lo que te haría el verdugo si no te
dormías ya mismo. De hecho, los troubadours provenzales, que iniciaron lo que llegaríamos
a conocer luego de siglos como música pop, usaban temas galantes apenas para la
nobleza, así como en los burgos mejor surtidos. Ante el populacho servil, en
cambio, solían emplear más temas bufos y de muerte, puesto que eran preferidos
por tal público.
Al aparecer la industria discográfica el tema todavía era empleado
de forma ocasional en las líricas de muy diversos géneros. Contrario a lo que podría esperarse no
es demasiado abundante en el blues, el R&B, el soul o el funk. Es en el
rock, el folk, el country y la balada donde se toca con mayor frecuencia. Estadísticamente
no tiene mucho sentido, pero tal vez se deba a la vocación dramática de cada
raza.
Con la convicción de que el tema ya no será
enriquecido sustancialmente, acá viene mi lista Top Ten de Canciones “Ejecutivas”.
(Ver playlist más abajo.)
1. Hangman Hang My Shell On A Tree, por Spooky Tooth,
del LP Spooky Two (1969). Es una de las mejores canciones de esta subestimada agrupación
británica de hard rock, que ya merece cabida en cualquier antología del género
sólo por el riff de guitarra de su tema “Better By You, Better Than Me”. En la
playlist puse la edición mono de Hangman, que a mi parecer tiene más
contundencia.
2. Sei Minuti All'alba, por Enzo Jannacci, del LP Sei
Minuti All'alba (1966). Esta brillante balada, casi una micro ópera, del
cantante italiano está dedicada a los guerrilleros lombardos fusilados por los
ocupantes alemanes y sus ayudantes fascistas tras la caída de Mussolini en 1943.
Enzo era hijo de un militar fascista que desertó y se pasó al otro bando.
3. Al Alba, por Luis Eduardo Aute, del LP Albanta (1978).
Aparte de “Edurne” (1974) de Joan Manuel Serrat, ninguna otra melodía ha
honrado tanto a los etarras originales, aquellos que se las tuvieron que ver
con la Guardia Civil de los tiempos de Franco. Conocí a un catalán en Tarragona
que en aquellos años por mirar con odio a una pareja de guardias civiles lo
obligaron a desnudarse y ponerse en cuatro patas “para ver si estaba armado”. No
eran bujarrones y no lo tocaron, pero la humillación fue tal que, cuando lo
contaba lustros más tarde, al catalán se le salían las lágrimas de rabia. Pues bien, y descrito
a grosso modo, como en 1973 ETA se cargó al almirante Carrera Blanco, el sucesor oficial
del caudillo, el moribundo Franco mandó a cepillar a unos etarras que tenía
presos, aunque no estaban involucrados. De eso se alimentó Aute para desovar
esta impresionante melodía.
4. Green, Green Grass of Home, por Tom Jones, del LP Green, Green Grass of Home de 1967. El tema es de Curly Putman, un oscuro cantante americano de música country, y
fue interpretado por una docena de sujetos más famosos que él, entre ellos Elvis
Presley, pero la mejor versión es de lejos la del bardo galés, recordista mundial histórico en recolección de bragas en el escenario. Esta carátula no es del LP, sino del single correspondiente.
5. Hangman's Knee, por Jeff Beck, del LP Beck-Ola
(1969). Un estándar del segundo de los dos discos de signatura del virtuoso guitarrista
británico. Un año antes el sucesor de Eric Clapton y antecesor de Jimmy Page en
The Yardbirds había reclutado a Rod Stewart para cantante de su grupo. Y ésta
es una de las mejores vocalizaciones del escocés antes de abandonar a Jeff
Beck para unirse a los Faces.
6. Gallows Pole, por Led Zeppelin, del LP Led
Zeppelin III (1970). Esto es un blues tradicional, anterior al vinilo incluso,
y hubo varias grabaciones previas, la más conocida por la blusera afroamericana
Odetta. Pero, claro, el arreglo de Plant & Page y la interpretación del Zeppelin
la puso en otra dimensión.
7. La Cárcel de Sing Sing, por José Feliciano, del
LP Más Exitos de José Feliciano (1967). Esta canción del dominicano Bienvenido
Brens fue cantada al menos una vez en cada bar, en cada burdel y en cada
tugurio público entre Guayaquil y Tijuana. La versión de Feliciano no tiene
paralelo.
8. Renegade, por Styx, del LP Pieces of Eight
(1978). Número permanente en los
conciertos de la banda de hard rock de Chicago. El tema es más bien sureño, pues
tiene que ver con los cuatreros, asaltantes y bandidos de todo género que
salieron del derrotado ejército confederado hacia el medio oeste y el oeste, y
que más que a menudo acababan sus días colgando de un árbol o de un poste.
9. Iron Lady, por Phil Ochs, del LP I Ain’t Marching
Anymore (1965). El título de la canción es un apodo de la silla eléctrica. Y lo
que la hizo conocida, más allá de su verticalidad contra la pena de muerte, fueron
los certeros versos “The finest lawyers fees are paid / And a rich man never
died upon the chair”. Ochs, medio judío y medio escocés, era considerado el próximo
Dylan cuando emergió en la escena folk en 1963, aunque sus opciones musicales eran
mucho menores que las del profeta de Greenwich Village. Eso sí, tuvo y mantuvo suficiente credibilidad política en
la escena, ya que, aparte de su radicalismo, era bipolar y alcohólico. Se
ahorco en 1976.
10. El Preso Número 9, por Joan Báez, del LP Gracias A La
Vida (1974). Huele a México desde la primera nota y lo firma Roberto Cantoral.
No hubo trío conocido que no la grabara, ni hay mariachi hoy que no se la sepa.
Y sin embargo, Joan Báez ha salido al aire más veces con esta canción que todos
los demás juntos. La incluyó en su primer LP individual en 1960, cuando ella todavía
pronunciaba el castellano con errores como “¿Por qué me mirras mi cula?” y
tocaba la guitarra como si fuera un charango. Por eso prefiero la versión de
1974.
Playlist
Me permito añadir una a la lista: The Mercy Seat, de Nick Cave, también versionada -muy malamente- por Johnny Cash.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=oyZPvJHcumI
Gracias por el aporte. Cash también tenía una llamada The Long Black Veil... http://youtu.be/u8F7To00mdU
EliminarGüicho, luego revisa la historia de Sixto Rodriguez, el Dylan que no fue y como sin saberlo era un idolo en otra parte del mundo, Sud Africa. Donde incluso dejaba chiquito a Dylan, Claptop y a Malanga. Hay un documental que se llama "Looking for sugar man" esta en Netflix.
ResponderEliminarSaludos,
Kundejo
Gracias, Kundejo. Resulta que conocí a Sixto en un bar en Detroit... No, no tanto, pero sí tengo sus dos LPs (edición australiana) desde 2002, una década antes de que se hiciera el documental, que está muy bien, pero que omite algunos detalles importantes en aras de la leyenda. Rodríguez sí sabía que fue popular en Australia (aunque no hay nada como experimentarlo en vivo), pues en los 80 lo invitaron a tocar algunos gigs en Australia, donde inmigrantes sudafricanos habían introducido sus 2 LPs y logrado cierta audiencia para el chicano.
Eliminarbrother como metalero no te puedo perdonar la ausencia de ''Hallowed be Thy Name'' de Iron Maiden, formidable texto y mejor melodia, si te gusta la perrera claro esta, un abrazo y gracias siempre
ResponderEliminarTienes razón, Josh, no pensé en esa que entra cómoda en cualquier Death Top Ten: Iron Maiden, Live 1982.
Eliminarbrother como metalero no te puedo perdonar no haber incluido ''Hallowed be Thy Name'' por Iron Maiden. Formidable texto y mejor melodia, si te gusta la perrera claro esta. Un abrazo y mil gracias
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