26 feb 2017

Koxinga


¿Quién es el más grande entre los corsarios y piratas de la historia? Contando las travesuras de los archifamosos Henry Morgan, Francis Drake y Blackbeard se ha gastado inmensa cantidad de celulosa y celuloide, algo lógico en el occidente anglosajonizado, aunque los franceses menos incultos apostarían seguramente por L’Olonnais. Sin embargo, todos esos filibusteros juntos no llegan ni a la punta de la coleta de Koxinga (1624-1662), el gran pirata del Mar de China.

Se le conoce por el título de Koxinga, pero su nombre era Chen Chingong y había nacido en Nagasaki de padre chino y madre japonesa. Su papá Chen Chilong era un exitoso comerciante que se autoabastecía de mercancías mediante la piratería. Este señor más tarde fundaría con sus hermanos la precursora de todas las tríadas en la provincia china de Fukien. La mamá de Koxinga también se las traía, pues era hija de Tagawa, un fiero samurai del clan Hirado.
Desde la niñez el destino de Koxinga estuvo marcado por dramáticas circunstancias. Cuando tenía 7 años la familia se mudó a China. En el Imperio Celestial lo que imperaba era una guerra civil entre la decadente dinastía Ming y el ejército rebelde del cabecilla rural Li Zicheng, pero en Japón Chen padre era buscado por los alguaciles del shogún Tokugawa debido a unos juncos cargados de seda que se perdieron antes de llegar a Kagoshima. 

Como es común en el crimen organizado, Chen padre deseaba para su vástago una saludable carrera de mandarín. Sin embargo, el mismo año en que el mozo se graduaba en la Universidad Imperial de Nanking el rebelde Li pone sitio a Peking. Chongzhen, el último emperador Ming, se suicida colgándose de una acacia. Para mayor vergüenza, sólo una de las 8 esposas del emperador acepta quitarse la vida y acompañar al Hijo del Cielo, lo cual es la causa de la penosa fama de mala hoja que tiene Chongzhen hasta hoy.

Li Zicheng, un antiguo pastor devenido cartero que aprendió a leer repartiendo cartas y se convirtió en subversivo –en ese sentido, una especie de Patrice Lumumba chino–, conquista Peking y se proclama emperador. A ese nuevo trono le faltaba una pata, puesto que el general Wu había escapado al norte con los restos del ejército Ming. Li le ofrece un trato a Wu, quien se demora en contestar. Li se enfurece y ordena asesinar a la familia de Wu que quedó en Peking: 38 personas incluyendo a los padres de Wu. Esta vez Wu no se demora en reaccionar y para acabar con Li pacta con las tribus manchúes, a las que abre las puertas de la muralla china. Los salvajes de Manchuria derrotan y matan a Li, y se apoderan de China dando inicio a la dinastía Qing. 

Estos eventos tuvieron graves implicaciones para la familia Chen, que poseía una licencia imperial de autoabastecimiento en el Mar de China otorgada por el difunto Chongzhen. Tang, el único príncipe Ming sobreviviente a la carnicería Qing, llega buscando refugio en Fukien, allí adopta a Chen Chingong y le otorga el título de Koxinga, que significa Señor del Apellido Imperial. Koxinga, que manejaba desde pequeño tanto el dao chino como la katana japonesa, parte raudo al mando de parte de la flota pirata familiar y comienza a hostigar ferozmente a los manchúes, invencibles a caballo pero bastante ineptos en el agua.

Entre tanto, Chen padre apuesta por pactar con los manchúes: les entrega al pobre Tang a cambio de seguir mandando en Fukien. Sin embargo, los nómadas del norte se quedan con Fukien, ahogan a Tang en un arroyo y se llevan a Chen Chilong cautivo para Peking, donde correrá luego la misma suerte que los Ming. En cambio, doña Tagawa –la madre de Koxinga– carece de la corrupta sangre china y, antes que someterse a la dinastía Qing y ser transportada a Peking, opta por el harakiri.

Koxinga supera el duro golpe y continúa acosando a los manchúes desde el mar. Una década más tarde el gran pirata dominaba prácticamente toda la costa china con una flota de 3,000 juncos. Lo que robaba de los Qing se lo vendía a la East India Company inglesa y a su homóloga holandesa en el archipiélago malayo. Su renta anual, un verdadero Potosí marítimo, ascendía a unas 5 toneladas de plata. 

En su impotencia para neutralizar al pirata la dinastía Qing ordena despoblar múltiples sectores de la costa, reubicando cientos de miles de chinos tierra adentro. Eso facilita las cosas para Koxinga, que pasa a operar en suelo firme armando un ejército de 170,000 hombres, con el que en 1659 marcha sobre Nanking. Hay una escena que ejemplifica claramente el carácter de Koxinga. Durante el asedio a Nanking, el gobernador manchú, a sabiendas de que Koxinga había estudiado allí, envía un grupo de sus profesores de la universidad a proponerle una tregua apelando a la sabiduría y la ilustración. Ante los eruditos Koxinga hace traer del equipaje su título y su tesis de grado, y los quema. Al final contesta a los sabios: "¡Decid al puto manchú que hoy se enfrenta a un animal!" No obstante, en tierra los Qing, reforzados con medio millón de vasallos chinos, son superiores. Tras duros combates el ataque es rechazado. Al final a Koxinga sólo le queda su núcleo de 30,000 piratas.

Entonces, en el mejor estilo de Chiang Kai-shek, Koxinga decide salvar el Koumintang la dinastía Ming estableciendo un nuevo estado en Taiwan. El problema era que la isla, entonces conocida como Formosa, hasta ahí poco o nada tenía que ver con China. La costa insular era dominio de los holandeses, quienes se la habían arrebatado a los portugueses, mientras que el interior seguía en manos de los feroces aborígenes –llamados fan (o sea, “bestias” o “salvajes”) por los chinos–. Como nota curiosa de los fan vale mencionar que se trataba de unas tribus austronesias que jugaban tan pero tan pesado, que los más débiles entre ellos se tuvieron que largar un día hasta Borneo y Polinesia, dando lugar entre otros a los terribles dayakos y a los rudos maoríes. 



En Formosa los holandeses habían establecido fortificaciones y un rentable sistema de plantaciones de caña de azúcar, donde explotaban como esclavos a culíes chinos. Para evitar toda cimarronería amarilla, los holandeses pagaban a los fan por cada cabeza de chino fugitivo que trajeran.

En 1661 Koxinga desembarca en Formosa con 25,000 piratas. Tras un primer combate contra los fan, estos quedan tan gratamente impresionados por la brutalidad de los piratas que de inmediato se cambian de bando, pasando a cazar cabezas rubias y por la mitad del precio. Koxinga exige, sin embargo, que las cabezas de las mujeres holandesas sean entregadas unidas a los correspondientes cuerpos vivos para ser otorgadas de concubinas según su mérito a los piratas más destacados. La inesperada consecuencia de esta orden fue la aceleración del desastre holandés. Lo explico. Koxinga traía entre sus tropas dos compañías de negros africanos que había liberado de la esclavitud en la colonia holandesa de Batavia y a los que había entrenado en el uso de armas cortas y en las artes marciales con la expresa misión de causar el terror entre los colonos europeos. Y ante la orden de traer intactas a las mujeres, los negros desencadenados comenzaron a violar a los colonos blancos. En menos de un mes el éxodo neerlandés hacia su mayor fortaleza militar era general. Finalmente Koxinga le puso sitio a ese último reducto. La conquista de Formosa culminó en 1662 con la rendición de Fort Zeelandia. 

A continuación el gran pirata le echó el ojo a las Filipinas. Maestro también en el arte de la guerra psicológica, Koxinga envió emisarios a Manila anunciando que en un año estaría repartiendo concubinas españolas entre sus hombres. La epidemia de diarrea ibérica llegó hasta las islas Molucas, colonia española que fue abandonada para reforzar Manila y cayó entonces en manos holandesas. Otra consecuencia decisiva de la mera amenaza del pirata fue la retirada a Manila de las tropas españolas en Mindanao, que ya estaban a punto de acabar con los moros. Los musulmanes de Mindanao se recuperarían a continuación para dar lucha hasta el día de hoy. 

Koxinga no llegaría a ejecutar su plan filipino pues murió de malaria a los 6 meses. Venerado durante siglos en Formosa cual dios sinizador de la isla, actualmente Koxinga es considerado un héroe histórico en Japón, China y Taiwán. Es lo único en lo que coinciden esos 3 países.

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