3 may 2008
Diferente
- ¿Vas a entrar o te quedarás ahí? –preguntó desde la cabina de la ducha.
Recostado en el marco de la puerta del baño observé sus curvas mojadas tras el tabique plástico.
No me dejaba ninguna iniciativa. Ahora mismo tampoco.
La había visto varias veces en la empresa. Incluso intercambiamos algunas sonrisas y palabras. Por eso no me sorprendió que Wiebke me abordara cuando llegué al club en pleno happy hour. De alguna manera lucía diferente.
- Hi –dijo sonriente, rozando la húmeda superficie de su copa con el pulgar.
- Hi –respondí, indeciso entre el dedo, el rostro, el escote y el margarita.
- ¿Te apetece? –indagó imprecisa.
- Pues sí –contesté.
Me tendió su trago. Bebí. Le mostré mi agrado asintiendo con la cabeza.
- Quédatelo –propuso–. Me pediré otro.
- Espera, yo te lo busco...
- Nada de eso, yo pago -afirmó.
No entendí bien, pero desestimé cualquier insistencia. Eso no fue todo, el resto de la noche igualmente no me dejó gastar un centavo.
Tal vez la idea de bailar también era mía, sin embargo fue ella quien me llevó hasta la pista. Al retornar a la mesa se sentó sobre mi muslo izquierdo. El portador. Supongo que abrí la boca, porque colocó un dedo en mis labios.
- No tienes que decir nada –murmuró cerca de mi oreja.
Creo que quise chuparle el dedo, mas ya me besaba.
El trayecto al hotel lo andamos en su SUV, un BMW X3. Iba rápido por las calles casi vacías. Ella conducía en silencio, descalza y sólo con la mano izquierda. Con la derecha me acariciaba. Para hacer los cambios de velocidad soltaba el volante. No a mí. Lo mismo en los semáforos. Yo observaba el inusual trasiego levemente atónito. Aquello hacía irreal a todo lo demás. A las aisladas convulsiones del limpiaparabrisas. A la persistente llovizna. Al cristal empañándose lentamente. Como ahora las paredes de la ducha.
Entré en la cabina. Quise cerrar la compuerta plástica a mi espalda. Se trabó. Tuve que girar un poco el torso para presionar. Y aunque en el instante en que regresé la vista al frente no la vi, inmediatamente sentí su boca. Luego bajé la mirada hasta sus ojos azules, que me contemplaban pestañeando por el agua. Recorrí con mis dedos el contorno de su rostro. Casi recto en la nariz. Casi redondo en la boca. Y me percaté de que, por una vez, era el dueño de la palabra.
- Eres extraordinaria –balbuceé.
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Ah, volviste a la carga!!!
ResponderEliminarQué tal la nueva casa? tiene una ducha así como la de tu anécdota?
Güicho is back ! Albricias ! Y buenísimo este diálogo, as usual.
ResponderEliminarya tengo para entretenerme en mis noches de soledad. El Güicho de nuevo al ruedo. Y con BMW incluido. La cosa se moderniza. Bienvenido!!!
ResponderEliminarQue alivio! Ya me temía que con la mudada se te hubiera perdido la computadora.
ResponderEliminarEs bueno verte de regreso a la blogosfera.
Con tanta fajazón por los cambios en Cuba, los premios de periodismo y los 100 de Time, simpre es agradable caerte por aqui a disfrutar de tus batallas por liberar a Cuba del yugo comunista a golpes de pene.
Saludos,
Al Godar
Pues me sumo al jolgorio por el regreso del hijo pro-digo ... Al, la pusiste buena, " a golpe de pene", como quien dice " a golpe de mocha", paso a paso, meta a meta, ah! este Guicho siempre poniendo " en alto" la fama cubiche...
ResponderEliminareres jinetero ahora?
ResponderEliminaralbert
Aguaya,
ResponderEliminarde momento la ducha es rústica, y hasta tuve que defender la toalla de una cucaracha XXL, pero seguiremos adelante, pues para atrás sólo en caso de peligro.
Isis,
ResponderEliminargracias, me gusta esa palabrita.
Miqui,
ResponderEliminarpara una buena causa siempre aportaremos con placer.
Saludos!
Al,
ResponderEliminargracias a la seriedad de los transportadores y aduaneros no se perdió nada.
Continuaremos luchando, y ojalá que la guerra sea larga.
Grieguita,
ResponderEliminarcómo que mocha, chica? La causa cubana se pelea al machete.
Albert,
ResponderEliminareste... por comer, cualquier cosa.
bueno, esta bien, machete, guampara.... sorry!
ResponderEliminarGuicho, no te mudes mas. Trata de controlarte y acotejarte en esta casa.
ResponderEliminarFelicidades a tu mami man!
ResponderEliminarnos vemos, g.a.
Güicho, felicidades a las madres de la familia en su día!!
ResponderEliminarEnhorabuena, compa, y gracias por caerme por el blog. Asi que con la nueva casa ya subiste de nivel para un BMX? Bueno...
ResponderEliminarSaludos desde Londres.