15 dic 2007
Una De Dos... O De Tres
– ¿Tú eres del equipo de seguridad? –inquirió entre las mascadas del chicle.
16 años, calculé ante su cuerpo de mujer sin cuajar.
– No, soy uno más del público –contesté amable.– Un fan de reggae como tú... como vosotras –rectifiqué.
Observé a su acompañante. 14 años, no más.
– ¿En serio? –insistió el chicle... o su mascadora.– Tú pareces uno de seguridad.
Me palpó un brazo con descaro. Justo debajo del borde de la manga de la camiseta. La miré más detalladamente. Reajusté mi juicio. 18 años poco desarrollados. La agarré suavemente de su otro brazo.
– ¿Quieres que te lleve presa?
Se río, algo exageradamente tal vez.
– ¿Tú eres un policía bueno o un policía malo? –preguntó sacándose el enorme chicle de la boca, y sólo entonces pude ver el piercing en su lengua.
Arrojó el chicle y volvió a colocar la mano en mi brazo. Me pareció sentir la humedad de algún dedo.
– Malo, pero no policía –le dije.
De nuevo se rió. Esta vez no parecía exagerar.
– Entonces está bien, me llevas –ripostó, y añadió– ¿Mi amiga también puede venir?
Contemplé otra vez a la aludida. Sonreía en silencio todo el tiempo. Aquí igualmente corregí mi primer criterio. Podrían ser 15 o 16, con un leve retraso mental. Si esta noche me aparecía también con esa, mañana tendría que cambiar de hotel. El cinco estrellas, que me pagaba la empresa, no merecía ese desprecio.
– Vamos adentro, que ya comienza el concierto –dije por toda respuesta.
Era mi segunda noche en Sao Paulo. Había supuesto que un concierto de una banda bahiana de reggae no sería un mal comienzo.
No lo era. Interpretaban principalmente covers clásicos. En un jamaicano bastante aceptable. Tocaban como tocan los bahianos. Bien.
– ¿Cómo te llamas?
– Paulie-Anne.
– En Jamaica, OK. Y aquí, ¿cómo?
– ¡Eres graciosito! Mi nombre es Poliana, pero llámame Paulie. Mi amiga se llama Vanessa...
– De acuerdo, Poli –acepté.
Miré alrededor. Por lo menos la mitad del público ya estaba fumando. Cuando regresé la vista hasta Poli, ella creyó leerme el pensamiento y, sin más preámbulos, extrajo un porro de su bolsa. Evidentemente lo había enrollado un manco. Aunque tal vez fuese Vanessa.
– ¿Tienes fuego? –me preguntó.
– Lo siento, no fumo… tabaco, quiero decir.
– No importa, yo tengo –afirmó.
Tras urgar un minuto en el bolso, me pasó un encendedor. Lo prendí. Era rosado, y llevaba impreso el rostro de Bob Marley. Por su parte, el joint era sorprendentemente bueno. Parecía marimba selecta de Barranquilla.
Miré a Poli asintiendo con la cabeza al devolverle el porro.
– ¿Estás viendo? –me dijo con autoconvicción, pero sin reproche, y se lo pasó a su amiguita.
En el próximo tren me dio por mirar a mi izquierda. Me encontré con un par de pechos generosos. Me quedé ahí. Eso me dejó en deuda con su propietaria, quien lo aprovechó experta, apenas mis ojos subieron hasta los suyos.
– ¿Me dejas probar?
Moralmente sentí su mano en mi portañuela. Pero sólo moralmente, insisto. Tendría unos años más que yo, aunque estaba en forma. Le pasé el joint con presteza. Demasiado rápido. Se dio cuenta, y quiso suavizar. Estaba interesada.
– Esta la oí directa de Bob Marley y los Wailers –aseguró moviendo con gracia la cabeza hacia el escenario.
Sonaban los últimos acordes de Is This Love? del blando LP Kaya. El vocalista anunciaba una pausa.
– ¡Qué bien! –exclamé, mientras ella aspiraba.
– En Port of Spain, allá por diciembre de 1979 –aseveró convincente.
Le hice la señal de óptimo con el pulgar de la izquierda, a la vez que pasaba el porro a Poliana con la derecha.
– Después estuve en los camerinos de la banda –amplió mi interlocutora con cierta melancolía.
– ¡Qué casualidad! Por esa época yo también gateaba –exageré sin piedad alguna.
No lo tomó a mal. Sonrió desde una comisura de carmín preciso. Realmente estaba interesada.
– Ni lo pienses –confesó triste.– Entré al camerino con Carly Barrett…
– Aquel baterista, al que se lo cargó su mujer –asentí.
– Sí, el mismo, era buena gente. Pero apenas me vio, Bob Marley gritó: "¿Qué hace esta blanquita aquí? ¿Quién la trajo? ¡Sáquenla ahora mismo!"
– Lo siento –me compadecí un poco.– He oído otras cosas semejantes de él. Sin embargo, cuando estaba en Europa, era diferente. Te pusiste fatal de topártelo en Trinidad...
Me tuve que disculpar, pues Poliana me tiraba del brazo.
– ¡Vamos para afuera! –proponía.
A Vanessa se la había tragado la tierra, o más bien el humo.
Nos fuimos.
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Güicho,
ResponderEliminarno sabía que eras de la sección de "los que comen mucho, comen bueno y comen malo". :-)
¡Güicho, castigador! Oye, date una vueltecita por el nuevo blog de las tertulias y déjame caer algo (un cuentecito, a ser posible). La dirección es: http://tertulia-literarte.blogspot.com
ResponderEliminarSi te embullas a colaborar, mándame lo que sea al email que aparece ala derecha.
Oye, estás perdido, pero tienes razones para estarlo, yo estoy posteando cosas muy aburridas.
Un saludo, ¡guapo!
Guicho, no le hagas caso al analista ( no te pongas bravo, analizador) suelta todas experiencias tan sinusoidales y sensuales que has vivido ( o es solo la mimaginacion?) pero sigue, que estan tremendas... Guicho! claro que eres un castigador de las nenas!
ResponderEliminarbro, imaginE tu cara cuando ella te preguntó lo de la amiga.
ResponderEliminarnos pillamos, t
¿Castigador por que?
ResponderEliminar¿No estaba acaso el pobre hombre a la defensiva frente a esas terribles fierecillas...?
Defensa propia!
Saludos
Al Godar
Analista,
ResponderEliminarel refran dice: el que come bueno y come malo, come mas. Pero no se trata de asumir la ideologia malchevique, sino de la relatividad entre el bien y el mal. Luego, una bonificacion de veinte años es muy significativa. Eso lo certifico.
Ivita,
ResponderEliminarya te visitare, querida. Si consigo lucubrar algo aceptable, te lo paso.
No he merodeado por muchos lugares ultimamente por falta de tiempo. Mas ahora, que estoy de vacaciones en Miami, supongo que tendre ocasion.
Saludos!
Grieguita,
ResponderEliminarme alegro de que te diviertas!
En este dialogo si que hay algo incierto: el nombre de la jovencisima amiguita de mi joven amiguita. Le puse Vanessa, porque, a diferencia de su rostro, simplemente no consigo recordar el nombre. (Pero era por el estilo.)
Saludos!
Tony,
ResponderEliminarese precisamente es el punto que me falta en las memorias, por falta de espejos o paparazzi...
Pero aunque uno no se ve la cara, a veces como que se la "siente".
Estoy en Miami.
Saludos!
Al,
ResponderEliminargracias, man! Tu eres el mas justo de la tribu.
Saludon!
te mando mail mi brohter!
ResponderEliminarguicho, te mande mi cellular en un mail man, dime si nos vemos el sábado22. ya medea, arete, albert, maylin y yo estamos pensando en ver si nos organizamos algo.
ResponderEliminarsigues gozando
ResponderEliminar¿cómo te lleva mi patria? aunque hay quienes dicen que miami es todavía suramérica; que el anexionismo ocurrió por vía inversa, después de todo: los cubanos son los que se anexaron esa península. Solo falta despegarla y mandarla a flote para el sur
saludos Gü(b)icho
Güicho
ResponderEliminarTe deseo
Feliz Navidad y un próspero año nuevo.
Que en el próximo año sigas con tus crónicas selectas.
Felices Pascuas, y mucha suerte y felicidad. Siempre por Cuba.
ResponderEliminarbrother, estás perdido, te congeló el frío? feliz navidad, un abrazó
ResponderEliminarGüicho, me sumo a Los Miquis, ¿dónde estás?.
ResponderEliminarMuchas felicidades!, y lo mejor para tí.
Saludos,
Güicho, ¿tú también te quedaste?
ResponderEliminarTony, General, Analista, Sosa, Miquimán, Isis, Ivis:
ResponderEliminarYa estoy de vuelta en Cyberia, que nunca es fría por gente como ustedes.
¡Gracias por pasar y preguntar!
¡Lo mejor para ustedes en el 2008!
¡Saludos!
¡Qué bueno que estás de vuelta! Todo lo mejor para tí.
ResponderEliminarHappy New Year!
Feliz año Nuevo!
ResponderEliminarAl Godar
Hey!!..Con este me tiraste de vuelta a Jamaica. Vivi alla como tres años sabrosisimos!!
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo Sr!!
JC