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Julio 19 de 1967
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Encontramos nuestro viejo campamento y nos acomodamos nuevamente. Falta comida. De hecho, nada ha cambiado. Salvo que somos menos que antes.
Las turbulencias políticas van en aumento. En Cochabamba se ha formado un nuevo partido campesino que apoya a Barrientos. Recurren al gastado ideario cristiano para rechazarnos. El campesinado boliviano empieza a inspirarme dudas sobre su capacidad revolucionaria.
Barrientos hizo un demagógico llamado a la unidad nacional y declaró a Bolivia en estado de guerra. Advirtió que, vista la experiencia cubana, nuestra toma del poder hará rodar las cabezas tanto del gobierno como de la oposición. Una infamia. En Cuba no decapitamos a nadie. Ni tampoco lo haremos aquí. Esos son instintos jacobinos, pequeñoburgueses. No necesitamos una guillotina. Nos basta con un fusil y un muro.
Julio 20 de 1967
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Envié a Coco, Camba, León y Pocholo a comprar comida en Florida. Regresaron con apenas algo de grano, pues sólo les aceptaron el pago en efectivo. Coco me devolvió el fajo de pagarés con mi firma. Junto con los compradores vino un campesino, llamado Melgar, preguntando por los dos caballos suyos que tomamos prestados anteriormente. Se le dijo que estaban bien.
El sujeto tenía informaciones frescas. A los 4 días de nuestra retirada el ejército descubrió los restos de Tuma. Espantaron a los buitres, pero quedaba tan poco que no valía la pena enterrarlo. Se lo llevaron para Santa Cruz en una mochila. La acción de Sumaipata ya es de conocimiento general y le ha dado un prestigio legendario a la guerrilla. Aunque no se me olvida que no me trajeron mis medicinas.
Ese Melgar también oyó hablar de otro grupo guerrillero moviéndose hacia acá, e incluyendo a una mujer “mal aseada pero bonita.” Está claro que se trata del grupo de Joaquín.
Coco propuso usar al informante para llevar una carta a su mujer, pero decidí darle dinero y mandarlo a comprarme las medicinas primero.
La radio informó de mi muerte en Iquira hace ocho días. Dijeron que mi cadáver fue finalmente reconocido, que había sido fundador del Partido Marxista-Leninista Boliviano y un renegado del Partido Comunista. Hice un comentario sarcástico, y entonces Willy aclaró que el Guevara del que hablaban era Moisés.
Una noche inolvidable, bajó la temperatura y llovió a chorros durante 9 horas.
Melgar no regresó con las medicinas.
Julio 21 de 1967
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Fue un día apacible, alterado únicamente por una demanda pecuaria. Vino un campesino a pedir que se le pagara la vaca que nos llevamos en la visita anterior al caserío. Se le explicó que el viejo Coco nos vendió el animal y cobró bien por él. El hombre insistió en que la vaca era suya y no de Coco, el cual le dijo que nosotros la habíamos requisado. Al despedirlo le prometimos al hombre aclarar el asunto. Se mandó a buscar al viejo, quien afirmó haber tansferido el importe de la vaca para su dueño. Ninguna amenaza lo pudo hacer cambiar de criterio. ¿Acaso es esa la utilidad de la guerrilla para el campesino boliviano, un pretexto para encubrir fraudes? No, también somos una fuente de ingresos por concepto de denuncias.
Mandé a Inti, Benigno y Aniceto a comprar un puerco grande en Tejería. Dispuse que exigieran prueba de propiedad.
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