15 abr 2010

Las Violentas Raíces Eslavas

El padre de todos los eslavos vivía en los pantanos de Dniéper. Era tullido, respondía al nombre de Kriv y tuvo tres lindas hijas llamadas Zachoda, Slava y Yuga. Eran rubias, de rostro redondo, piernas robustas y pies grandes. Las dos últimas características eran óptimas para caminar en la ciénaga. Un día se encontraban las tres, como de costumbre, lavando la ropa de su anciano padre en el río, cuando llegó un sueco en un bote. El norteño forastero dijo llamarse Rurik e inmediatamente procedió a violar a Slava, mientras sus hermanas huían espantadas.

Zachoda se marchó al oeste y Yuga se fue al sur. Luego Slava y Rurik fueron bendecidos por Kriv y fundaron una familia en un potrero denominado Novgorod. Fruto de esa unión nació una niña, a la que llamaron Rusia. Esa familia creció, se mudó a Kiev y prosperó hasta que llegó un tártaro y violó a todos. Tal situación se repitió una y otra vez, por lo que la familia volvió a mudarse hacia el norte, a Moscú. No obstante, el abuso tártaro continuó hasta volverse habitual. De manera que, cuando los rusos -los hijos de Rusia- asaltaron la finca del tártaro, su madre viuda les ordenó que al tártaro se lo trajeran vivo para tenerlo de paje en su alcoba. Pero todo eso ocurrió mucho más tarde. Antes, Zachoda se escondió en los bosques al norte de Panonia, donde conoció a un ligurio de pocas palabras, que la violó tres veces entre monosílabos y luego salió a cazar. Por su parte, Yuga tuvo más suerte y consiguió cruzar intacta los tenebrosos Cárpatos. Así llegó a los Balcanes, donde la violó un turco.

Zachoda tuvo muchas hijas, pues el ligurio regresaba cada año antes del invierno, con carne y sin ganas de hablar. Su madre les puso nombres muy bonitos: Polabia, Sorbia, Kashubia, Silesia, Pomerania, Vistulia, Polonia, Mazovia, Kuyavia, Moravia, Bohemia y Eslovaquia. Esas hijas tuvieron desigual suerte. A Polabia, Sorbia, Kashubia, Silesia y Pomerania un germano las colocó en su harem. El mismo sujeto también abusó de Vistulia, Polonia, Mazovia, Moravia y Bohemia, pero no se las quedó. En cambio, Kuyavia fue ultrajada por un balto, y a Eslovaquia la violó un húngaro. Polonia, Vistulia, Mazovia y Kuyavia se juntaron para criar a sus hijos, los polacos.

A pesar del común ancestro -el bisabuelo Kriv- y los comunes -o sea, los diversos- ultrajes maternos, rusos y polacos se odian. Las cosas que se han hecho son innombrables. La última fue hace unos pocos días, cuando la élite polaca se arrojó en un avión contra un bosque ruso.

8 comentarios:

  1. Este y los post anteriores lo confirman, este blog es arte y del bueno amigo Güicho!
    Gracias.

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  2. Me encanta tu manera de hacer y contar historia.
    El mundo hipócrita llora a un ultraderechista homófobo antes criticado por tantas cosas. Asi es, desgraciadamente el ser humano.

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  3. Muchas gracias, estimadas Frida & Zoé.

    Javier, la psicología es loca. Hace poco me contaba un amigo, cubano-alemán y gay, sobre un colega que lloró con la fatal suerte del medio binomio gnomo y se justificó diciendo "antes de ser gay, yo ya era polaco."

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  4. Simplemente: maravilloso!
    Saludos,

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  5. Guicho,
    Ingatrina y Olgarina - las nunca bien ponderadas acróbatas eslavas del jacuzzi- te recuerdan desde la fria distancia esteparia.

    además: todo esto no hubiera pasado si Cirilo y Metodio no le hubieran dado tanto a la lengua
    http://www.proel.org/index.php?pagina=mundo/indoeuro/eslavo

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