Por más de 2.500 años el momento cumbre de la música griega fue cuando se juntaron Taletas de Creta y Sacadas de Delfos para las Gimnopedias espartanas de 623 a.C.
Taletas era un genio. Además de compositor y letrista sin par en su época, era un maestro con el hydraulis, el formidable órgano de agua que fue una de las maravillas de la ingeniería helénica.
Sacadas fue probablemente el mejor flautista de todos los tiempos. Debo aclarar que la flauta, denominada aulos, era el instrumento magno para los griegos clásicos. La tocaban desde la infancia. Era prácticamente imposible encontrar un griego entre Chipre y Sicilia que no hubiera soplado la flauta alguna vez. Y Sacadas fue el Jimi Hendrix de la flauta. Podía soplar tres al mismo tiempo. Sacadas también era virtuoso con los otros instrumentos de viento, por supuesto.
Curiosamente, aunque eran veteranos animadores de todos los Juegos Panhelénicos: Olímpicos, Istmicos, Píticos y Nemeos, los dos artistas no habían coincidido en un mismo evento con anterioridad. Para las Gimnopedias de aquel año Taletas trajo consigo a su percusionista favorito, Orestes, un efebo que tocaba exquisitamente los timbales griegos, llamados tympanon.
Ya en los ensayos los tres músicos se acoplaron a la perfección. Sin embargo, cuando empezaron a tocar frente al ágora, el resultado fue tremendo y un escándalo desde el Mar Egeo hasta el Mar Jónico. Los jóvenes espartanos dejaron de golpearse rítmicamente, como exigía la tradición, y comenzaron a saltar y gritar emocionados. Las vibraciones que Taletas conseguía de su órgano eran inauditas. Y en tanto Sacadas se lucía con la flauta, el tacto de Orestes con los timbales era impecable. Aquello devino en un éxtasis colectivo jamás visto. Fue la fiesta más feliz en la historia de Esparta.
Sobra agregar que Taletas y Sacadas nunca más fueron convidados a actuar juntos, ni en Esparta ni en otra parte. Era intolerable que unos músicos robasen el protagonismo a los dioses.
Ningún combo griego volvió a retar al Olimpo. Hasta 1968, cuando el tecladista Vangelis Papathanassiou, el bajista y cantante Démis Roussos y el baterista Loukas Sideras entraron en los estudios Mercury de París.
Guicho tienes un sentido del humor unico, refinado y genial. Me sorprendes cada vez que leo algo nuevo ...
ResponderEliminarTatiana, muchas gracias por tu amable complicidad.
ResponderEliminarComo se aprende, aquí, divirtiéndose.
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