Prólogo Mundialista

Faltan 5 días para el comienzo de la XIX Copa Mundial de Fútbol, primera y última en Africa, y todo parece indicar que los anfitriones están entrando en calor. El saldo del partido amistoso entre Nigeria y Kim-Korea ha sido de 4 goles, 1 muerto y 25 heridos.

La enorme popularidad de Nigeria, sobre todo entre la populosa delincuencia de Johannesburgo, trajo consigo un número considerable de espectadores para ese encuentro preparatorio. Casi la mitad llegó con boletos falsificados.

Como es natural, se produjo cierto desorden...

...que desembocó en un tipo de tumulto no muy diferente de cuando llega la cerveza al barrio de San Pedrito en Santiago de Cuba o al de Pogolotti en La Habana. Mas no quiero caer en la nostalgia, puesto que hay una gran diferencia: los sudafricanos son libres.

Lo cierto es que, hoy por hoy, ser policía en la República Sudafricana es un trabajo muy duro. 

Hasta los peligros menores no son menos amenazantes. 

Cabe recordar aquí que en fecha tan temprana como noviembre de 2007, durante el sorteo de los grupos clasificatorios para el mundial, el entrenador austriaco Peter Burgstaller fue asesinado en un lujoso campo de golf en Durban.  

En sus últimos 2 minutos de vida el veterano portero de 6 equipos de la primera liga austriaca se vio rodeado por 3 caballeros armados, llamados Zwelo, Bhekizita y Thokozisi e interesados en los 26 euros que llevaba Peter en el bolsillo. Por suerte, resultó una transacción rápida y exenta de diálogo, como es típico en Sudáfrica. Fue Thokozisi, por sugerencia de Zwelo, quien le disparó en el pecho al entrenador de fútbol.

Es inútil intentar enlistar las miles de víctimas criminales de la súbita eliminación del oprobioso Apartheid, pero tampoco se debe dramatizar demasiado: muchos sobreviven. Ese fue el caso de los miembros de la selección nacional de Egipto, quienes al regresar de su partido contra Italia en la Copa Intercontinental de 2009, el ensayo general para el mundial de 2010, descubrieron que sus habitaciones en un hotel 5 estrellas habían sido sistemáticamente aligeradas de medios de pago.

La alegría árabe por haber vencido 1-0 al campeón mundial se vio perturbada inmediatamente. Por lógica, la primera sospecha recayó en el Mossad. La segunda, en los empleados del hotel. La policía de Johannesburgo, en cambio, apuntó hacia las prostitutas que visitaban a las estrellas egipcias. Y en resumidas cuentas, el dinero no apareció.

No cabe duda de que éste será un mundial muy especial.