Las diversas voces de la oposición cubana no escatiman aliento en demandas y lamentos. Ya a puertas cerradas –o acaso entreabiertas– se conciben ciertos planes sobre las modalidades de la transición que se avecina hacia el final de ésta o de la próxima década. Sin embargo, brilla por su ausencia una estrategia apropiada sobre cómo proceder con la familia Castro, semilla y fertilizante de la desgracia nacional.
Unos, los más hebreos, esperan un final como el de las familias Hussein y Gadafi. Otros, los más griegos, presuponen un destierro general. Pero nada de eso es realista. Tales soluciones no son compatibles con ninguno de los patrimonios político-emocionales del ente antillano: la socialdemocracia, el catolicismo y el nacionalismo. En otras palabras: ya sea por igualitarismo, por piedad o por nacimiento, a los vástagos del clan Castro también les tocará del pastel.
En mi sana opinión lo mejor será dejarlos en la isla. Más específicamente en un enclave intraterritorial. Vendría a ser algo así como un bantustán familiar. Y para eso el sitio idóneo es Birán, cantero natal de la desgracia nacional.
Entonces tendríamos al Bantustán Autonómico de Birán (BAB), totalmente independiente en cuestiones de orden interno.
Las ventajas del BAB saltan a la vista:
- mucha tierra fértil,
- abundante agua potable, gracias a la represa de Birán que marcaría la frontera norte del enclave,
- acceso a la civilización por medio de la carretera de Birán, su límite sur, y
- suficiencia energética debido a la leña recolectable en la vecindad del Parque Nacional de La Mensura, que colinda al este.
Por supuesto, la familia podrá llevar consigo a su servidumbre y demás afiliados incondicionales. Ahora bien, pese a la completa autonomía del bantustán familiar en Birán, en una sola cosa sí se inmiscuirá la república cubana: bajo ninguna circunstancia se admitirá la posesión de negros. (Y esto nos puede fastidiar el nombre, tal vez sería más exacto Celtistán.) Pero en fin, lo importante es que esta vez la familia Castro y sus capataces tendrán que sudar en Birán. Así sea cazándose los unos a los otros.
Me he divertido mucho con este post. Saludos,
ResponderEliminarRaúl dirá que menos mal que ese reparto se hará cuando él ya no viva, porque si le prohíbes a los negros, mal se lo iba a pasar sin ellos.
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