1 nov 2011

Intolerancia


Celebraban felices un gol en una piña humana, y el jugador del Persepolis Mohamad Nasrati introdujo sus dedos en el culo de su compañero Sheis Rezai. Vamos, que el futbolista iraní se emocionó, y en su alegría olvidó que no estaban en el vestuario ni en la sauna. Al ser interpelados al respecto con posterioridad los dos jóvenes afirmaron que todo fue por pura diversión -algo muy obvio- y una típica broma como en el colegio. Pues bien, la intolerante comisión disciplinaria de la federación nacional de fútbol los ha sancionado a ambos. A Sheis por pasivo le han impuesto dos partidos. Mohamad está suspendido hasta nuevo aviso. El salario de ambos quedó reducido en 15%. 

Mi opinión: los chicos iraníes -bajo la premisa de que sepan jugar fútbol, desde luego- serían felices en la American Soccer League.

4 comentarios:

  1. Dijo el futbolista iraní: -todo fue por pura diversión...y una típica broma como en el colegio.

    ¡Vaya! Pues me alegro de no haber ido al colegio en Irán, en el mío las bromas era lanzar tizas entre alumnos.

    Por otra parte, vaya faena les acaban de hacer a los niños de colegio, la policía islámica empezará a partir de ahora a vigilar de cerca qué tipo de bromas se hacen los niños.

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  2. En efecto, Epiro, no sólo por ahorrarnos el islam es una suerte no haber ido a un colegio persa.

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  3. Irán es uno de los países más lamentables del mundo, y el Islam (o al menos el islamismo radical) una de las grandes lacras de nuestro tiempo. Me dan pena esos chavales.

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  4. El control de cada conducta. Es acaso una forma de totalitarismo, la de los camellines, más nociva que la de los conocidos históricos.
    Saludos,

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