3 oct 2007

Cuba En Blanco Y Negro


La historia demográfica cubana ha sido siempre cualquier cosa menos natural. En cada fase existieron fenómenos políticos o económicos con una incidencia, cuando menos, deformadoras de cualquier evolución natural. Eso puede hasta parecer trivial en el período colonial, pero en el caso cubano dura hasta el siglo XXI.

Podríamos hablar de cinco grandes fenómenos.

El primero es la rápida extinción de los taínos, trágica consecuencia de su debilidad física y mental ante la incursión hispana. Fáciles de matar y de contaminar, cuando no perecían antes extenuados por el trabajo forzado, se suicidaban en masa. Muchas mujeres taínas también se entregaban preferentemente a los españoles para aumentar las expectativas de supervivencia y progreso social para sí mismas y para sus hijos. De manera que el genotipo original desapareció para siempre de las grandes Antillas.

El segundo fenómeno es, desde luego, la introducción de africanos esclavizados, que no es lo mismo que esclavos africanos. Pero quien se imagine que tiene sangre de, digamos, un ashanti o un fuló traído en 1620 a La Habana debe saber que eso es bastante improbable. Lo probable es ser chozno o tataranieto de un congo o un yoruba llegado por Nuevitas en 1840. Y es que la esperanza de vida bajo las brutales condiciones de la agricultura esclavista eran apenas 8 años. El tiempo promedio para convertir a un mandingo en un etíope. No se trataba de puro sadismo, sino de cálculo: era menor el costo al comprar un reemplazo tras 8 años que la pérdida por explotar menos al esclavo. Por otra parte, los lotes de esclavos importados rara vez superaban el 15% de mujeres. La mayoría de las cuales tenían destinos domésticos y por tanto procreaban más mulatos que negritos. Aquí su conducta, pese a la coerción circunstancial, no difería de las taínas, pues una negra o una india o una blanca, antes que negra o india o blanca, es mujer. Así que durante el auge azucarero-cafetalero de comienzos del siglo XIX cualquier censo hubiera dado hasta 80% de negros en Cuba, pero no hubiera servido más que para saber que una rebelión general sería arrolladora. Para pronósticos demográficos sería inútil, pues cerca del 90% de esos negros se irían en blanco en cuestión de descendencia. Claro está que durante 300 años se formó un estrato social de negros libres y de esclavos de oficio, quienes, dicho sea de paso, estaban mejor preparados que la mayoría de los españoles que llegaban a la colonia insular, si bien no eran tantos. Su peso demográfico entonces –y por ende su huella en la cepa genética contemporánea– era muy limitado. Un esclavo de oficio vivía y trabajaba libremente, con la única obligación de entregar una parte de la ganancia a su propietario. Podía ser por ejemplo un ebanista en Guanabacoa o una prostituta en el puerto habanero. Ahora bien, al abolirse la esclavitud en 1880 quedó libre una masa afrocubana que constituyó la raíz básica de la negritud cubana actual en todos sus matices, pero que no produjo, ni de lejos, una descendencia equivalente a su volumen numérico, debido al desbalance genérico antes mencionado. Pero lo importante es que los negros, con la libertad reproductiva de los antiguos esclavos, dejaron de ser un mero y temporario valor económico, y pasaron a constituir un componente demográfico de peso, conformador de la cubanidad futura.

El tercer factor fue el genocidio practicado por Valeriano Weyler de 1896 a 1898. El Capitán General de Cuba, nacido en Mallorca de padre alemán y madre catalana, fue discípulo del Conde de Balmaceda, quien consiguiera frenar a los insurrectos cubanos en su momento de mayor empuje durante la Guerra Grande (1868-1878). Cuando asumió la Capitanía de Cuba, la tercera guerra independentista ya había llegado a Occidente, y allí la población civil colaboraba con los mambises como en Oriente. A Weyler entonces se le ocurrió una solución. Aunque no la patentó, pues apenas dos años después los ingleses la pondrían en práctica con los boers en Sudáfrica. Si bien la maestría, la variante Opus Magnum, sólo la alcanzarían los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. En aquel aciago 1896, en Cuba, Valeriano Weyler inventó los Campos de Concentración. Lo llamó Reconcentración. Entre 300.000 y 750.000 cubanos en todas las provincias, pero más en Matanzas, La Habana y Pinar del Río, murieron de hambre y enfermedades hacinados en esos campos. Tal vez un tercio de los cubanos de entonces. Esas víctimas eran básicamente criollos blancos. Es el único genocidio de población no indígena en la historia de América. Fue un golpe letal a la cubanidad original. Como consecuencia, el criollo ancestral, descendiente de los colonos andaluces primarios, cobrizo de generaciones al sol y de asimilar a los indios sobrevivientes a la Encomienda, el típico veguero cubano, dejaría de ser el fenotipo dominante.

El siguiente fenómeno comenzó casi de inmediato: La gran inmigración española, que vino a ocupar el vacío demográfico en el occidente cubano. Entre 1900 y 1950 llegaron casi un millón de inmigrantes de Europa. En su mayor parte, gallegos y canarios. Tres veces más que en toda la etapa colonial. Fue una inyección de blancura que modificó desde el pool genético hasta la cultura. Pasamos a ser hijos o nietos de gallegos en gran medida, y nos volvimos sustancialmente diferentes de los otros hispanoamericanos de la cuenca caribeña. Cambió así hasta la ética viril de nuestra rebeldía: de los clásicos pronunciamientos de los insurrectos criollos pasamos al gangsterismo revolucionario de los anarquistas españoles.

Entre aquellos inmigrantes de comienzos del siglo XX llegó el padre del generador del quinto fenómeno: La diáspora causada por el Castrismo. Tras 40 años de una dictadura política- y económicamente enajenante, la pérdida demográfica de la isla asciende a 2 Millones de personas. En su inmensa mayoría nietos de gallegos, por cierto. Esto ha propiciado sin duda una mayor pigmentación porcentual en la población que permanece en la isla. Aunque el factor fundamental en este proceso es el incremento del mestizaje, también condicionado por el Socialismo. El mestizaje es, por demás, el inevitable destino de cualquier cultura heterogénea, si se la observa a largo plazo. La fusión homogenizante. Generalmente se necesitan varios siglos. En nuestro caso apenas se aceleró por unos 50 años.

¿Qué sucederá demográficamente en el futuro de Cuba? Seguiremos mezclándonos, más rápido o más despacio. Habrá cada vez menos blancos, menos negros, y más mulatos. Tal vez un día sea exclusivo y atractivo ser claramente definible étnicamente, bien negro o bien blanco. Servirá para hacer carrera como modelo, supongo. Pero no creceremos, no ocurrirán explosiones numéricas. Tenemos la rareza de ser pobres y haber descubierto las ventajas de la planificación reproductiva. Un logro marxista? No lo creo. El Caribe no hispano más próspero, como Bahamas o Aruba, tiene índices de crecimiento aún más bajos. Sin aprender de la miseria, que resulta tan poco didáctica de otra manera.

Una variación demográfica sustancial sólo me resulta imaginable, si una Cuba próspera, tal vez en 50 años, se convierte en objetivo migratorio para millares de cholos venezolanos y centroamericanos. Pues el más pobre e ignorante es quien más se reproduce, y ese en Hispanoamérica lleva sangre indígena.

15 comentarios:

  1. Entre tú y Varela me están sonsacando, y hasta yo voy a terminar escribiendo algo del mestizaje. Me parece que nos conviene abordar la negritud desde la perspectiva de lo popular y lo impopular, así como su incidencia en el mercado cultural. Por ahí ando...

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  2. Guicho, esta monstruoso ese estudio tuyo sobre los cinco fenomenos que influyeron en la poblacion cubana. Tienes muchisima razon en un punto tan olvidado como el triste "incidente" de Valeriano Weyler. El trastazo de Weyler en la poblacion cubana no solo redujo la poblacion numerica sino tambien redujo la estatura del cubano promedio en... 2 pulgadas!!! Mucho me llamo la atencion ver al pertorriqueno promedio en la isla en mis dos viajes a Puerto Rico, la estaura promedio en la calle era superior a la del cubano, tanto en mujeres como en hombres. Y es que ellos no tuvieron el exterminio de Weyler. me impresiono tu escrito de hoy. Ahora, pagame, que yo te pago por comentar en mi blog.

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    1. Me hizo reir! La estatura y Weyler. Saben que en la república hubo creo 2 inyecciones etnicas para blanquear la isla, llegaron muchos, millares, canarios y gallegos bajitos, pobres, aunque laboriosos. Antropológicamente habria cierto impacto. En los años 20 estaban las "vacas flacas", pero seguro no incidió porque no fue generacional. Los cambios antropologicos toman unos 20 años. Pero siguiendo a Varela, cuando salí de Cuba en los 90 del XX me llamó la atención que en muchos países, no solo en Pto Rico, también en México,Colombia,Uruguay, Argentina, en los hispanos de EE.UU. el promedio de estatura era superior al del cubano medio. En Mexico los chicos blancos, y mestizados, se observan corpulentos y estirados, a pesar del componente azteca y maya... Los cubanos que nacen en el exterior sin duda son mas alto. la clave sin duda es que por mas de 40 años la alimentación fue muy baja en proteinas, la leche faltó, más el estres y las carencias. En Cuba hay un estudio al respecto pero no se publica. Pasa lo mismo con el habla popular y con las manifestaciones de creación, las vacas flacas han durado demasiado. Aun así el cubano no es mal tipo ni bajito, aunque el mas grande de los cubanos era de baja estatura,Jose Marti. Bueno el blog, saludos de simonvenezuela13@gmail.com

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    2. Hay muy buenos libros sobre la plural inmigracion espanola a Cuba, de autores nacionales. Y recomiendo Cuba/Espana-Espana-Cuba de Moreno Fraginals. Sobre los temas relacionados al 59 al 2013, hay que acudir a los autores fuera de Cuba, pero hay estudios serios en la isla, pero sin publicar, aunque un poco desactualizaos en cuando a informatica y fuentes, por razones obvias.

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  3. Otra mas (en el colmo de las frescuras): mi abuelo era gallego y llego a Cuba en esa inmigracion que hablas del 1900 al 1950. Es verdad que fue mayormente de gallegos y canarios. Y te agrego, los mas, se posaron en Las Villas. Ahora: no te se decir el motivo.

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  4. Gracias, Pepe. Nunca he ido a Borinquen, pero como lo dices me lo imagino. Aunque hay quien opina que es porque los borícuas chiquiticos y feos prefieren irse a Nueva York, para luego hacer de comparsa de Al Pacino es película de gangsters.

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  5. En mi familia también hubo inmigrantes españoles en esa fase republicana. De Asturias, Canarias y Cataluña. Una vez leí de una comunidad gallega endógama en la ciénaga de Zapata. E incluso otra japonesa en la Isla de Pinos. Ya no deben quedar, porque seguramente les mandaron los hijos a las becas en el campo, y a templar mulatos se ha dicho.

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  6. Caminante, pues dale, escribe. Lectores no te vamos a faltar. De paso mete una nota de la inmigración china, que, aunque menor, también dejó un rastro cultural notable. (Que no me refiero a Zoe Valdés, hombre, que no.)

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  7. Creo que has puesto el dedo en una llaga.
    Esta evolución forzada una y otra vez por esos terribles cataclismos étnicos que tan magistralmente mencionas, nos ha dejado una deuda imponente.
    No hay continuidad.
    A cada rato somos otros.
    Saludos,

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  8. Al Godar, lo has resumido perfecto: "A cada rato somos otros." No se percibe dentro del márgen de una generación, pero es cierto y fatal.

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  9. Estaba pensando escribir en estos días una historia de razas y "racismo en Cuba" lo pienso titular el Patico feo,,,Interesante el blog saludos..

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  10. Gaviotazalas, gracias por la visita y el elogio. Reciprocaré. Quiero ver esa historia, y la de los juguetes también. Ten presente a la hora de escribirla que también hay "paticos" lindos.
    Ciao

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  11. sería una terrible ironía histórica si Cuba en el futuro se llenara de gente de caras redondas y ojos rasgados que nos llegaran desde la cuenca del Amazonas...

    hay una teoría que entre risas y veras afirma que todo el Continente americano, actualmente, se está corriendo un país (o una provincia) más hacia el Norte

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  12. General, hay algo de veracidad en eso, tal vez con excepción de los bolivianos que se desplazan más bien hacia el sur, la Argentina.

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