Mayo 9 de 1967
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Al mediodía me desmayé. Nunca antes me había pasado, incluso sin haber dormido como la noche anterior. Se tuvo que improvisar una siesta por causa mía, pero fue bienvenida por los demás compañeros. La debilidad es general. Casi todos tienen edemas y ampollas. De comer sólo hay manteca.
Mayo 10 de 1967
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En el campamento cerca de la tumba de Rubio encontramos un pedazo de carne seca descompuesta y más sebo. Fue una cena reconfortante.
Mayo 11 de 1967
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Llegó Urbano anunciando que Benigno cazó un pecarí. Eso vale por dos emboscadas. Di mi autorización para cocinarlo. Pospuse la reunión que tenía con ambos. Los sancionaré en otro momento: a Benigno por la lata que escondió y consumió solo el día del combate, y a Urbano por comerse una parte de la carne seca podrida antes de entregárnosla. No habrá impunidad, y espero que entiendan de una vez que en esta guerrilla no hay secretos, porque tenemos veinte pares de ojos y veinte pares de orejas bolivianos, que nos lo cuentan todo. Por desgracia, también hay otros que le cuentan al ejército.
Mayo 12 de 1967
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El maizal a 5 kms de la laguna aportó suficiente grano. Lo que no se pudo comer con manteca, se tostó para llevar. No se presentó nadie a reclamar pago por el maíz. Debe ser silvestre.
Los exploradores avisaron que ocupaban la casa del tal Chicho. Ese individuo es llamado amigo en el diario del subteniente Laredo, muerto en la emboscada del día 8. Chicho no estaba en casa, por lo que no pudimos juzgarlo en esta ocasión. En su lugar un puerco grande de su propiedad tuvo que dar la cara, o sea, la vida. Se les ordenó a los cuatro peones y a la sirvienta de Chicho que lo preparasen con arroz y frituritas de maíz. Quedó muy bueno. A los empleados se les pagó 10 pesos a cada uno. A Chicho se le dejó una nota de advertencia informándole de la confiscación y ejecución sumaria del cerdo por colaboración con el enemigo.
Mayo 13 de 1967
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Ha sido el puerco más indigesto de la gesta revolucionaria, un verdadero puerco contrarrevolucionario. Todos los hombres iban soltando pedos, eruptos, vómitos y diarreas. Y con una sed brutal. Paramos e intentamos digerirlo permaneciendo inmóviles. Fue en vano, el único alivio consistía en vomitar. Todos acabamos buscando el alivio. Como no estábamos en condiciones de desplazarnos, dormimos en medio de los charcos. No sin antes freir maíz para comer con los restos del puerco. No todos comieron.
La radio informa del fracaso de un desembarco guerrillero cubano en Venezuela. El gobierno venezolano presentó a dos sujetos veteranos de la Sierra Maestra con sus nombres y grados. No los conozco, deben ser de la gente de Camilo.
Mayo 14 de 1967
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Por fin pude reunir a la tropa para descargar sobre los últimos acontecimientos. Fui especialmente duro con Benigno por reportar 8 latas de leche en el Campamento del Oso, cuando en realidad habían sido 9. La última lata se la quedó para sí y se la estuvo tomando a sorbitos y a escondidas durante dos días. Con Urbano la critica fue por comerse parte del charqui podrido antes de entregarlo. También le señalé a Aniceto su entusiasmo por colaborar cuando se trata de comida y su desgano en todo lo demás.
La aviación bombardeó intensamente, pero a 3 kms de nuestras posiciones. Walter está con Joaquín, nadie se embolsó.
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El cerdo indigesto y el Guevara desmayado, picaresca pura y dura.
ResponderEliminarJajaja, Guicho, asi que los bolivianos son chivatones... Bueno, lo dijo Guevara, no sea que ahora me vayan a acusar de xenofobo o hasta racista...
ResponderEliminarMaestro Güicho !
ResponderEliminarEstimado Guicho, soy un hombre de accion y espero las escenas de combate. Pero, en este diario solo se combate el hambre; para eso se hubieran quedado en Cuba.... no se, digo yo...
ResponderEliminarGracias por comentar, amigos.
ResponderEliminarDiana,
sí, ese picarón también se las amañó para pasear en hamaca cargado por sus discípulos.
Camilo,
digamos entonces que los bolivianos eran, aunque introvertidos, muy comunicativos...
Eufrates,
es que existe un vínculo muy grande entre las revoluciones y el hambre.
Un puerco Espín.
ResponderEliminarLa improvisación de la siesta, la carne seca junto a la tumba de Rubio, el maíz silvestre… Con éste no he parado de reírme. Me lo he leído acabado de comer. Un excelente digestivo.
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