6 nov 2009
El Retrasado Zapatero y su lugarteniente Moratinos
En octubre de 1523, tras el fracaso y la muerte del Adelantado don Hernán Cortés, arribó el Retrasado don Rodrigo Zapatero a las playas de México para salvaguardar los intereses de la corona de Castilla. Decidido a reparar las cosas y convencido de tener mejor suerte que su intransigente predecesor, don Rodrigo avanzó con sus hombres hacia Tenochtitlán en son de paz y armonía. Antes de llegar a Texcoco fueron rodeados por las huestes aztecas. Zapatero envió entonces a su lugarteniente don Miguel Moratinos a negociar. Tras unas horas de parlamento, don Miguel regresó con un acuerdo. Los españoles podrían quedarse a cambio de la rendición.
Al día siguiente Zapatero y Moratinos son conducidos hasta Tenochtitlán y arrojados a los pies de Moctezuma.
- Excelencia, por favor, os ruego que penséis en el diálogo de nuestras dos civilizaciones -balbucea don Rodrigo.
- Por favor, sus señorías -añade el lugarteniente, dirigiéndose a los demás príncipes mexicas en el salón-, si es que nosotros ni siquiera hemos hablado una sola palabra con los tlaxcaltecas…
- Los sacrificaremos mañana en el templo de Huitzilopochtli -bosteza el emperador sin dedicarles una mirada.
- Perdonad mi osadía, querido tío y vocero de los dioses -interviene Cuauhtémoc-, mas tal vez sería bueno dedicarle el de la cara de bobo al dios Tezcatlipoca para que no se ponga furioso.
- Me confundes, sobrino…
- Bueno, tío, es que Tezcatlipoca siente muchos celos de Huitzilopochtli…
Los sacerdotes aztecas presentes palidecen al oir al joven noble aleccionando al emperador en temas teológicos. Pero Moctezuma sonríe plácidamente.
- Eso lo sé, muchacho –contesta su alteza-. Me refería a otra cosa: los dos tienen cara de bobo.
Los mexicas ríen asintiendo, pero sin levantar la vista hacia el trono. Moctezuma hace un ademán hacia el sacerdote mayor y le dice:
- Decidid vos, Xingatémoc.
El enorme sacerdote sonríe con su prótesis de puro jade y sentencia con voz ronca:
- El viejo gordo será sacrificado para Tezcatlipoca. El más joven será sacrificado para Huitzilopochtli, pero primero me lo voy a coger en honor a Quetzalcóatl.
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Si esos dos estuvieran entre Huitzilopochtli y Xingatémoc (very funny)...
ResponderEliminarGüicho:
ResponderEliminarAyer vi aqui un post de las notas perdidas, ya no está!?
Danilo,
ResponderEliminarlo metí en el taller de momento, es el inicio del diario y debía servir de contraste inmediato con el final. (Con excepción del 31 de dic 66, comencé a colgar las notas del diario sólo a partir de mitad de febrero, que es cuando la cosa se pone más interesante en la selva boliviana.)
Paso a saludarte, lieber Freund, aprovechando que leí tu comentario donde Eufrates-Plutarco.
ResponderEliminarGuicho,
ResponderEliminaresperamos con mucha expectativa el desenlace final de las notas perdidas. Queremos ver como enfocas y nos cuentas sobre la captura, rendicion, y el subsequente periodo de prision en la escuelita de la Higuera, y sobre la famosa foto afuera de la escuela y el dialogo entre Felix Rodriguez y el argentino.
Ay, cómo me he reído, lo de Xingatémoc no tiene nombre...
ResponderEliminarDe vez en cuando me asomo a esta ventana sólo con la intención de reirme y pasar un buen rato. Las ideas se concretan con literaria exactitud. Fabuloso. Permíteme que te enlace(http://capitaldelsur.blogspot.com)para que sean más los que se diviertan con tus historias. El viejo gordo no es el problema. Lo que queremos muchos, lo ideal, es que Xingatémoc se quede con el bobo de la ceja cincumfleja. Y aunque todos los pueblos tengan el gobierno que se merecen, joder, coño, que mala suerte... Un saludo.
ResponderEliminarJuan Manuel Alcalá Perálvarez