28 feb 2008

Sacudir Las Joyas



La conocí en Churubusco. Era una fiesta de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. Allí estaba, con los colores patrios repatriados en toda su ropa. Mitad arqueóloga, mitad restauradora, mitad artista, mitad hippie, y el restante 90% de puro abalorio.

La distinguí entre sus collares, brazaletes, pulseras, aretes y anillos. Y me atrajo enseguida. Tal vez fueron los ojos, o el cabello suelto enredado en los pendientes de grandes argollas.

- Hola, cascabel, ¿como estás? -la interpelé de frente.

- Creo que me confundes, mi nombre es Mayahuel -me contestó seria pero con tan buena fe, que lo supe al instante: ni por las malas ni por las malditas se rendiría Chapultepec.

- Mucho gusto, Mayahuel, yo soy Luis -rectifiqué el rumbo, y añadí amable- me encanta la forma en que has combinado tu vestuario hoy.

Sonrió.

No faltó el tequila, eso no. Sin embargo, el vástago del agave no me salvó de conocer la ponencia de Mayahuel sobre el Contexto de la Conservación en el Congreso Interamericano del Patrimonio Cultural.

No falló la cerveza, esa tampoco. Mas la hija de la cebada no me libró de enterarme del funcionamiento de las técnicas de reconstrucción para la policromía maya. ¿Maya o tepaneca? No estoy seguro. Pero sí recuerdo perfectamente lo que pensaba mirando aquellas orejas impecables. Si aguantaban esos enormes pendientes, podrían soportarlo todo. Un momento analítico entre el arte y la cultura.

El apartamento de la museóloga le hubiera causado otra hemorragia a Frida Kahlo. De la envidia. No era muy grande, pero le cabía muchísimo más. Creo que deambulé por allí anonadado por los pigmentos, las naturalezas muertas y las piezas de colección. Hasta que la vi. Serena, descalza, sentada en el borde de la cama, con la holgada saya verde encubriendo las promesas de sus piernas abiertas. La escuché hablar mientras me acercaba despacio, casi en trance.

- Pues, Luis, ahora te invito a hacer conmigo unos ejercicios para relajar los músculos... será una sesión de unos 20 minutos... primero ponemos una música tranquila y recurrimos a la colorterapia, y a la aromaterapia con esas velas allá... nos recostamos acá en la cama y dejamos colgar la cabeza a la altura del cuello por unos 3 minutos... y después nos recorremos hacia la altura de los omóplatos otros minutos más hasta llegar a la cintura para posteriormente dejar caer la cabeza, pero esta vez boca abajo, por unos 2 minutos... verás que esto resulta particularmente satisfactorio y relajante... espera... ¿qué me haces?...

Si lo hubiera dicho en nahuatl, la habría entendido igual. Seguí sus instrucciones al pie de la letra. La puse boca abajo. Y boca arriba. La dejé caer. La subí. La recorrí hasta la cintura y más allá. Con ropa y sin ropa. La dejé colgando. La recosté en la cama. Y recurrí a su aroma. A esas alturas ella apenas pronunciaba monosílabos. Sin sosiego. Entre el rechinar de todas sus alhajas. Esas, naturalmente, no se las quité.


15 comentarios:

  1. Eso suena a algunos pitillos humeantes....

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  2. brother, tienes el teléfono o el e-mail de ese cascabel? no estarían mal unos 20 minutos y con tu experiencia...ya tenemos un adelanto.

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  3. Ja ja ja Güicho, la acción supera al pensamiento! No me habría perdido esos discursos por nada del mundo
    Bonito nombre, muy apropiado ; )
    : D

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  4. Vaya Guicho!!! eso de fijarte tanto en la oreja... eso de "podrian soportarlo todo"... no me digas que ... bueno... mejor no...

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  5. Analista,
    se ve que conoces al elemento...

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  6. Miqui,
    puede ser que lo tenga por ahí. Lo que no recomiendo es darle el propio, pues luego aquel cascabel sí que llamaba, preferentemente de madrugada.

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  7. Catikísima,
    hay ciertos sacrificios que se hacen por una buena causa, como bien sabes.
    ¡Saludos!

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  8. Grieguita,
    eso, mejor no, aquí no, que este blog lo visitan niños...

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  9. Hola Guich.

    Tira un click para mi blog y despues dime.

    Abrazos.
    Varela

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  10. "El apartamento de la museóloga le hubiera causado otra hemorragia a Frida Kahlo". Frase memorable!

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  11. kronic,
    ya veo que al final le metiste pa' 'los aretes que le faltan a la luna'

    cógela suave,
    tony.

    ;)

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  12. Mi brohter,
    Tengo un proyetini ahí sobre la estancia de Masantin el torero en la Habana y necesito ...el concurso de tus modestos esfuerzos... pues no creo que haya en la blogera alguien como TU para recrear la historia, de forma tan amena, didáctica y encojonA a la vez. Te mando un email sobre eso, right a way.

    Pilladera,
    Tony.

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  13. Tony,
    gracias, y, claro, suelta pa'cá tranquilo.
    Nos vemos

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  14. Gûicho,
    Cuando hablas de política no siempre te sigo pero en la historia y los cuentos de mujeres, estamos plenamente de acuerdo.
    Saludos,
    Al Godar

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