Laurel Aitken es, después de Bob Marley, el artista jamaicano más importante. La relevancia del Padrino del Ska como cantante, compositor y productor musical es tal, que sin él no hubiera sido posible el fenómeno Marley. O, como dijera un crítico inglés del siglo pasado, Laurel Aitken asfaltó y pavimentó el camino para Bob Marley.
Lorenzo Aitken nació en Santiago de Cuba el 22 de abril de 1927. Su padre jamaicano era uno de los 600.000 afroantillanos que inmigraron en Cuba entre 1910 y 1930. A finales de 1933 los revolucionarios se propusieron crear puestos de trabajo para el pueblo cubano y decretaron la expulsión de los braceros antillanos. El trabajo no apareció y el gobierno revolucionario duró cien días, pero las deportaciones siguieron hasta 1939. En ese período se expulsaron 38.000 haitianos y 253 jamaicanos. Lo cual nos induce sutilmente a creer que los cubanos apreciaban más el idioma inglés y la religión protestante que el patois y el vudú. Sin embargo, aunque era inmune a la deportación pues estaba casado y tenía hijos con una cubana, el padre de Lorenzo no se sentía a gusto con toda aquella xenofobia, por muy selectiva que fuera. Así que en 1938 recogió los matules y la familia y se fue para Kingston.
En aquellos días Jamaica era una colonia británica donde imperaban otras costumbres. Por ejemplo, un oficial blanco podía ser expulsado del ejército inglés por casarse con una negra, como le sucedió a cierto capitán Norval Marley. Dicho sea de paso que la negra tenía 18 años, 32 menos que el padre de Bob. Creo, pues, que para Norval valía la pena. Incluso si Bob saliese sordo. Eso fue en 1945, y por entonces Lorenzo ya llevaba tres años cantando Calypso en el puerto para turistas y marines americanos.
El cubanito adolescente había debutado ante el público jamaicano ganando un popular concurso de Calypso en 1942 con la pieza “Pennies From Heaven.” Pero los pennies en realidad venían del mar, en los cruceros americanos. Lógicamente, al terminar la guerra aumentó el número de turistas, y disminuyó el número de marines. Lo que trajo consigo el incremento de las propinas, y de la delincuencia, en el puerto. Por lo que Lorenzo aceptó un puesto de cantante en un cercano local nocturno. En dicho local trabajaban principalmente mujeres jóvenes. Los únicos hombres eran el cantante, el pianista, el bartender y el portero. Esos también eran los únicos que nunca tenían que desnudarse. Fue aquí donde Lorenzo decidió adoptar el nombre artístico de Laurel. Por discreción, como se sobrentiende. Además, tampoco le gustaba como lo llamaba la ebria clientela americana: Lonso.
Hacia 1950 Laurel Aitken ya no cantaba apenas Calypso, un género foráneo, por cierto. El Calypso venía de Trinidad & Tobago, mientras que la música autóctona se denominaba Mento y era menos atractiva para los turistas, si bien muy del gusto local. Mas ya en ese tiempo la música afroamericana descollaba y cautivaba a todo aquel que no fuera un estadounidense blanco. Este seguiría siendo un imbécil musical por casi veinte años más. Los nuevos discos de Blues y R&B causaron enorme impacto en Jamaica, influenciando claramente el estilo de tocar y cantar en la isla. También a Laurel Aitken, que se convirtió durante los años 50 en el más popular intérprete de la colonia.
En 1957 empezaron a producirse discos en Jamaica, y Laurel debutó con el sencillo de R&B y Calypso "Roll Jordan Roll." No obstante, verdaderamente importante fue un single grabado el año siguiente: "Little Sheila"/"Boogie in My Bones." Resulta no sólo el primer disco absoluto de la luego legendaria Island Records (Bob Marley, Jimmy Cliff, Traffic, Cat Stevens, Jethro Tull, Emerson Lake & Palmer, Roxy Music, U2, etc.), sino también la primera grabación de un nuevo género musical: el Ska. Ese disco alcanzó rápidamente la punta de las listas en Jamaica, una posición que mantuvo por tres meses, y acabó siendo el primer disco de un artista colonial editado en la propia Gran Bretaña.
Antecesor directo del Rocksteady y del Reggae, el Ska nació de la necesidad. Sí, fue por pura escasez. Lo explico. A partir de 1955, con el desarrollo del Rock&Roll en los EE.UU., empezaron a escasear nuevos discos de R&B. Los blanquillos americanos habían comenzado a imitar y plagiar lo que hacían sus colegas negros, ignorados por el gran público blanco, añadiéndole algunas tonadas de su propia musiquilla simplona, llamada Country. El resultado tenía un efecto extraordinario en las blanquillas: les mojaba las braguillas. Ni cortas ni perezosas las disqueras dejaron de lado a los poco comercializables artistas negrillos para producir la nueva maravilla blanquilla. Tal prodigio tuvo eco en casi todas partes, pero no en Jamaica. Los afroantillanos no conseguían contagiarse de la euforia rubia. Algo similar pasó apenas en Tibet, en Kashmir y en las posesiones francesas del Africa occidental y central. (La primera región estaba traumatizada por la represión de los ocupantes chinos maoístas. La segunda, envuelta en el conflicto indo-pakistaní. Y las últimas, enviciadas con el Cha Cha Cha.)
Lo cierto es que los jamaicanos no sentían nada con el Rock&Roll, y menos aún se les ocurría bailar aquella saltadera estúpida de blancos, tan ajena a cualquier cadencia sexual. (Obviamente muy pocos jamaicanos de entonces habían tenido encuentros carnales con blancos, de lo contrario habrían sabido más sobre la cadencia sexual en el norte.) Esta crisis de suministro de R&B dejó a los músicos jamaicanos sin patrones referenciales. En esa época las discotecas de la isla eran tan tropicales como el clima caribeño, o sea, al aire libre. Habían unas camionetas, o cualquier cosa mayor que una bicicleta, dotadas de altavoces y sistema de audio que se contrataban para poner música en un patio, parque o calle. Las denominaban Sound Systems, y al Disc Jockey dentro de la camioneta, Sound System Operator. Uno de esos, llamado Clement Dodd, experimentó mezclado Mento, R&B, Jazz y Boogie hasta crear el nuevo ritmo, una música rápida con percusión de R&B. Sus primeros y máximos intérpretes fueron, junto a Laurel Aitken, Desmond Dekker, The Skatalites y Prince Buster, el boxeador que fungía de guardaespaldas de Dodd (las fiestas jamaicanas solían acabar bastante mal.) También surgió el correspondiente estilo de baile, el Skanking.
En 1959 Laurel tuvo otro hit con "Judgement Day," y repitió el éxito en 1960 con "Boogie Rock." Entonces decidió aprovechar la popularidad que gozaban sus discos en la metrópoli y se mudó a Londres. Sobre todo porque en Jamaica pagaban una miseria a los artistas. Casi todo el dinero se lo repartían los Sound Systems y las disqueras.
En Inglaterra Laurel se convirtió en una figura venerada por la numerosa West Indian Community. Grabó para Blue Beat Records, Rio Records, Pama Records, Trojan Records, y otros. Sólo entre 1960 y 1963 sacó 16 singles. Viajó ese año a Jamaica para grabar con The Skatalites varias piezas, hoy consideradas clásicas del Ska. Retornó a Londres con su hermano Roberto, guitarrista y cantante, y tuvo un hit con su propio label, Rio Records, al lanzar "Bad Minded Woman." Fue el primer músico inmigrante en UK que logró producir sus propias grabaciones. Sus discos de esta fase solían tener a Laurel Aitken en la cara A y a Bobby Aitken en la cara B. En 1966 firmó con Pama Records y encadenó 36 singles de Ska, Rocksteady y Reggae hasta 1972, con una serie de éxitos de su propia autoría como "Fire In My Wire," "Pussy Price," "Landlord and Tenants," "It's Too Late," "Jesse James," "Rise & Fall," o "Woppi King," de gran acogida en la escena de las subculturas de Bootboys y Hard Mods.
Aquellos chicos británicos de origen obrero y lumpen, vagos de convicción y sin perspectiva, no disponían de las libras necesarias para entrar en los decadentes clubes mods y despreciaban la mansedumbre de los hippies. Vestían las botas y los tirantes emblemáticos del peón ingles, y se afeitaban el cráneo. Como convivían con los inmigrantes caribeños en los barrios marginales del sur de Londres, adoptaron fácilmente la actitud indolente y violenta de los Rudeboys jamaicanos, y también su música. De pronto, los conciertos de Ska se llenaron de chicos blancos con la cabeza rapada y botas. Laurel los denominó Skinheads, y el apelativo se quedó. También les hizo un Reggae llamado "Skinhead Train," que se convertiría en un himno.
Aquella escena Skinhead original, que tuvo a Laurel Aitken como principal ídolo musical, se caracterizaba por el antirracismo y la vagancia. Más tarde los neonazis, los vagos racistas, crearían una escena paralela con el mismo nombre. Una adulteración nominativa equivalente a la de los liberals americanos.
Laurel continuó grabando y actuando hasta el mismo año de su muerte. Falleció de un infarto en su casa de Leicester el 17 de julio de 2005. Su longevidad artística es comparable a la de sus paisanos del Buena Vista Social Club, pero Laurel siempre arriesgó mucho más que los virtuosos y tímidos artistas cubanos de aquel improvisado combo. Aitken tuvo la suerte de ser un ícono vivo cuando llegaron las dos posteriores oleadas de Ska: el 2-Tone-Ska de finales de los 70 y el Third-Wave-Ska de mediados de los 80.
A Laurel Aitken lo vi cantar dos veces, una vez en 2000 y otra en 2002. Era un personaje en el escenario, con una chispa sumamente ágil. Nunca perdió su lengua materna, pese a que abandonó Cuba definitivamente a los 11 años de edad rumbo al mundo angloparlante. Siempre presto para cualquier fechoría, digo, proyecto, Laurel jamás rechazó una oportunidad: ya fuera un disco con una de las numerosas bandas de Ska contemporáneo o una hembra ansiosa de la bendición del bien llamado Godfather of Ska, High Priest of Reggae, o Boss of the Skinheads.
Su lírica siempre fue directo a lo que vale y merece en esta vida:
Rise & Fall
You feel it,
you touch it up,
you play with it,
you love it,
it fit you,
you push it up, you push it up, you push it up, you push it up.
Suck it to me! Suck it to me! Suck it to me!
You push it up, you push it up, you push it up, you push it up,
you love it,
you kill yourself for it,
you fill it up,
you squeeze it,
you smell it.
Don’t bite it! Don’t bite it! Don’t bite it!
En fin, su vida se resume en aquellas palabras con las que él mismo se presentaba: Good evening, Ladies and Gentlemen, Laurel Aitken rides again. Suck it to me!
Nota: El género Ska se expandió por todo el mundo. Hoy lo tocan bandas argentinas como Los Fabulosos Cadillacs, alemanas como The Busters, o turcas como Athena. Uno de los proyectos contemporáneos de Ska más interesantes es el anglocubano Ska Cubano, que tiene un cantante santiaguero con una voz que recuerda mucho al tono del Benny.
14 feb 2009
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Guicho, no tenia la mas minima idea de este cubiche musical! El mundo es un panuelo, diria alguien por ahi.
ResponderEliminarUn abrazo.
pd: Muy buena la recreacion historica de la deportacion de haitinos y jamaiquinos!
Oye, Güicho, ¡cómo tú sabes cosas!!!! Siempre fiel amante de la cultura negra... Este post me ha encantado, tanto por la descripción del marco histórico en el que surge el personaje Laurel Aitken, como por la forma en que nos muestras su evolución y adaptación a otros contextos socio-culturales. Gracias por compartir esto. Su música es excelente y sus letras, tan explícitas, ¡jajajajaja!!!, reflejan muy bien el credo de este Padrino cubano del Ska Jaimacano.
ResponderEliminarUn saludo y feliz día del amor y la amistad.
Isbel
La viuda de Marley, Rita, en realidad se llama Alfarita y nacio en Santiago de Cuba.
ResponderEliminarGüicho, sorprendente.
ResponderEliminarDelicioso post, estimado Guicho. Que suerte el haber podido verlo en escena!
ResponderEliminarEl marco historico, muy interesante. Vaya, que el cubiche llego lejos, muy lejos... aunque con este post es que me entero que el venia de alla, de esa Isla de la que a veces quisiera olvidarme...
El ska era el soundtrack de mis mas fructíferas escapadas alcohólicas y dominoseras los sábados en el bar de Sly, una choza de mala muerte que queda en Lucea, un pueblito entre Montego Bay y Negril cuando vivía en Jamaica hace unos años..Cabe decir que solo allí escuche ska en Jamaica, los DJ’s a lo Buju Banton o Beenie Man han formado una cagazón de dancehall y ragga por todos lados que ni te cuento!
ResponderEliminarEsto te quedo volaísimo guichoman…lo digo con el sombrero en la mano…
guicho, muy bueno.no conocia al personaje. escribeme al email que necesito comentarte una cosa.
ResponderEliminarCamilo,
ResponderEliminary en cualquier esquina del pañuelo te encuentras la mordida de una polilla cubana.
Abrazo
Alba,
ResponderEliminarel placer va de mi parte. Gracias por tu amable comentario!
Saludos
Bravo, Charlie!
ResponderEliminarGracias.
Isis & Eufrates,
ResponderEliminarel tipo no paraba. A menudo pasaba por Alemania. Tocaba en pequeños clubes o en open air festivals. No le importaba si habían 4 gatos o 4000. Se veía que estaba en lo suyo: la jodedera musical.
JuanCa,
ResponderEliminarI really appreciate that.
Sí, te creo, dancehall y ragga na ma'. Si te cuento, Laurel sacó una vez un disco de dancehall. Pero, claro, murió aferrado al Ska.
Abrazo
Bueno, una prueba más de que los cubanos tendremos que reaprender nuestra historia, lo que nos enseñaron es claramente incompleto.
ResponderEliminarEl tiempo que pasamos escuchando Alfredito Rodriguez y hasta Silvio habría sido más útil escuchando Laurel Aitken (or anybody else, for that sake)
Machete, tu siempre la pones fresca,unos datos que ni wikikeaks ,didactico y de humor ni se diga.Muchas gracias, ya estas en mi ruta diaria.Ah tambien a Enrisco por presentarte en su blog, me imagino q otros tantos duchos lectores de Enrisco esten igual de agradecidos
ResponderEliminarkeep skanking ulises
Gracias, Ulises, que alcances Itaca sin mayores percances.
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