Abril 20 de 1967
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Me cayó mal la calabaza que comí en casa de Nemesio Caraballo. Por algo me la vendieron. Tarea futura: revisar las calabazas antes de comprarlas. Es mejor la blanda tipo zapallo que la dura llamada joco. Todavía tengo cólicos. Tania no quiso quedarse, dijo que le avisara cuando se me pasen los gases, y que se iba a cebarle un mate a Walter.
El subprefecto, el médico y el cura alemán de Muyupampa insisten en pedirnos paz para su aldea. Sin embargo, oscureció sin que nos trajesen el tributo en especies que exigimos a cambio. Aclaré muy bien que dos cartones de cigarrillos no son ni remotamente suficiente. Sin la carne, el maíz y las latas de leche no hay acuerdo. Les extendí el plazo hasta las 22:00, aceptando carne de cerdo en lugar de res. Mayor transigencia va contra nuestros principios y resulta absolutamente inadmisible.
Los delegados de Muyupampa nos confirmaron que el ejército está completamente desmoralizado y no quiere salir a combatirnos.
Nos replegamos hacia Tikucha a las 22:30 sin recibir las mercancías. Decidimos evitar sorpresas, no fueran a regresar con soldados en lugar de la comida.
Abril 21 de 1967
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La radio anunció la muerte de tres mercenarios invasores extranjeros: un francés, un inglés y un argentino. La radio miente de una forma bochornosa. El inglés es periodista y yo estoy vivo.
Si se confirma la noticia, daremos un duro escarmiento. Ya tenemos ubicados a varios campesinos sospechosos de colaborar con el ejército.
Abril 22 de 1967
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Un día pésimo con un final caótico. Por estar esperando el pan, que demoró demasiado en el horno, nos agarró la noche en el pueblo. Semejante desbandada total al sonar los disparos no debió ocurrir. Una curtida columna guerrillera no se deja sorprender por una pequeña patrulla del ejército. Y mucho menos se da a la fuga como puede en seis caballos, una camioneta, y el resto corriendo. Fue humillante escuchar a los soldados conminándonos a rendirnos. Al Loro lo perdimos en el escape. Espero que no haya caído prisionero. Además, se abandonaron las provisiones que ya habíamos pagado. Le haré un consejo disciplinario a Moisés, Pan Divino y Loro. Ellos tenían la misión de subir las mercancías a la camioneta, y no lo habían hecho. La sanción del Loro será sólo si aparece. También se perdió un fajo de seis mil dólares envuelto en nylon. Se cayó de la mochila de Pombo mientras éste corría a subirse en la camioneta. Dice que no se percató. Probablemente no quiso dar la vuelta.
Más tarde pude hablar con Ricardo, que fue quien descubrió a la patrulla enemiga intentando rodearnos. Según Ricardo, pudo herir al guía, un campesino con cara de indio. Me molesté por esa descripción, pues prefería saber si el guía era de Muyupampa o de Tikucha.
Haciendo un resumen, los puntos negativos son: imprevisión (sorpresa enemiga), indisciplina (mercancía perdida), desorden (retirada intempestiva), pánico (dinero perdido), una baja (el Loro) y hambre (ahora.) El punto positivo: la moral sigue intacta.
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No tienes idea el placer que me da leer esto, un placer inextricable.
ResponderEliminarCuando dentro de varios siglos nadie recuerde al Che Guevara, alquien dira: "Si chico, es el tipo sobre el cual Guicho Cronico escribia, no te acuerdas?"
ResponderEliminarLazaro, eso esta bueno, jajaja
ResponderEliminarCocina al Minuto por Che Guevara-Villapol.
ResponderEliminarDelirante!
"De aquì pa' llà no hay màs pueblo"
ResponderEliminarEstoy aprendiendo mucho con estos diarios. Como siempre un placer leer y aprender contigo... Un beso
ResponderEliminarGracias, amigos, este diario guevariano empeorará consuetudinariamente, como cualquier obra de la Revolución.
ResponderEliminarSaludos