Abril 26 de 1967
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Los exploradores no han encontrado ninguna vía de escape. Al menos trajeron un pichón de urina. El cervatillo es aún muy pequeño. Mientras crece, será nuestra mascota. Lo nombramos Lolo.
Abril 27 de 1967
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El frío nocturno se ha convertido en otro problema serio, aparte de la comida y del ejército. El último parte radial del enemigo consigna las bajas que le hicimos: un guía civil y un perro llamado Rayo. Al ELN nos asignan dos muertos: un cubano apodado Rubio y un boliviano. Es obvio que exhumaron los cadáveres, tarea mucho más fácil que lo contrario; y que a Rolando, dada su estatura, lo tomaron por un nativo. Tal vez no sería así si no le hubiéramos quitado las botas, pero a Chingolo le servían de repuesto.
La radio confirma que Dantón está preso en Caimirí. Tengo mis dudas de si sabrá guardar silencio.
Abril 28 de 1967
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Apenas queda comida para cuatro días.
Abril 29 de 1967
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El mensaje N° 35 llegó. Fidel no dice nada de los refuerzos. Solicita mi consentimiento para colocar mi firma en una carta pidiendo paz para Vietnam, cuyo iniciador ha sido Bertrand Russell. He autorizado que pongan mi firma, siempre y cuando se plasme en el llamado la esencial demanda de la salida inmediata de las tropas extranjeras del territorio vietnamita.
Apenas queda comida para cuatro días (gracias al reajuste de las cuotas.)
Abril 30 de 1967
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Por fin logramos la escalada. El rellano cerca de la cumbre proporciona buena cobertura contra el frío.
La muerte de Lolo, por el golpe que le propinó Urbano en la cabeza con la culata del fusil, fue bastante dramática. El venadillo sólo tenía hambre y buscaba la ubre materna. Ayer Chapaco reaccionó muy relajado en iguales circunstancias. Sin embargo, Urbano es de Brazo Chiquito y se acompleja fácilmente. El pobre animalito cayó al suelo y pereció entre convulsiones. Lo asamos.
Mientras cenábamos, Radio Habana Cuba anunció que la guerrilla tiene en jaque a varias ciudades bolivianas, y que hace poco le arrebató al ejército dos camiones llenos de latas de carne y de leche. Nos alegramos mucho. Espero que Joaquín y los suyos no se las coman todas antes de reunirnos nuevamente. Por suerte, Tania está con él. Mas creo que no debí dejarla con la retaguardia.
Resumen del mes
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Ya son 6 bajas: Rubio y Rolando muertos en combate, Benjamín y Carlos (el boliviano) ahogados, Salustio y Loro (sin confirmar) prisioneros del ejército. También el francés está preso por su apresurado afán de irse. Yo tenía que haber sido más enérgico y no atender a sus lloros. Al igual que el periodista inglés, Carlos (el argentino) debe estar detenido junto con el francés. No creo que sus vidas corran peligro, porque a los europeos los respetan, pero perdimos el contacto directo con Cuba (Dantón) y con Argentina (Carlos.)
Le había dicho a Joaquín que regresaríamos en tres días y que esperara en la zona en cualquier caso. Pero no contábamos con el rápido cerco del ejército. Esta es la única desventaja de un subalterno disciplinado como Joaquín. En su lugar, Marcos habría abandonado su posición para buscarnos. Un último y minucioso interrogatorio de Benigno y Aniceto me ha hecho sospechar que el encontronazo que los hizo huir el día 25 probablemente haya sido con gente de Joaquín. Esa conclusión me causó otro ataque de asma.
El lado bélico de la guerrilla marcha bien. En las cuatro emboscadas vencimos nosotros. Aunque en la última ganamos apenas con un perro de ventaja, y perdiendo a Rolando, que era nuestro mejor hombre y estaba destinado a ser el jefe del segundo frente. Así que técnicamente puede hablarse de tres victorias y un empate.
El resto del panorama resulta normal. Aún tenemos comida para cuatro días (nuevo reajuste de las raciones.) Hay algunos compañeros enfermos. A pesar de que decretamos la media porción de nutrientes para los indispuestos. Nuevas incorporaciones: ninguna, lo cual al menos nos da un respiro con la comida. El campesinado boliviano todavía no reacciona a favor nuestro. Por fortuna, el terror planificado surte efecto y el miedo mantiene a muchos en la neutralidad. Es como en el matrimonio, el cariño viene después.
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Un clasico de la literatura guerra.
ResponderEliminarEste relato es esperpéntico. Transmite impávido la falta de escrúpulos e inteligencia del personaje, curioso símbolo de rebeldía e idealismo.
ResponderEliminarEspero por la proxima entrega, dilecto Guicho. Quiero saber que pasara cuando se termine la comida que queda para cuatro dias... LOL!
ResponderEliminarRisas y más risas !
ResponderEliminarMe voy a seguir riendo durante los próximos cuatro días.
ResponderEliminarDebes estar divirtiéndote mucho con la lectura del original.
ResponderEliminarParece que al final todo va a salir bien, porque "a los europeos los respetan". Y el Che era argentino.
Lo del venadillo es de partirse en cuatro. Deberíamos conseguir que este diario se publique junto con el original, pero lo haremos, algún día, en Cuba.
ResponderEliminarLázaro,
ResponderEliminarLOL, probablemente eso se creía el tipo cuando garabateaba en su agendita alemana.
Diana,
ResponderEliminarcreo que has afeitado la jeta guevariana.
Eufrates,
ResponderEliminarpero no te entusiasmes demasiado que el racionamiento guevariano estira bastante.
Zoé,
ResponderEliminarsí, pobre venadillo. Una ladilla habría tenido más suerte en esa guerrilla.
Jorge,
ResponderEliminarsí, el original es una comedia.
Isis & Alexis,
ResponderEliminarentonces me alegro.