4 feb 2009

Las notas perdidas del Diario del Che en Bolivia 9

Mi matecito en La Sierrita, y mi matecito en Los Andesitos.

Abril 15 de 1967
[…]
Tras el primer bombardeo de la tarde volví a advertir con severidad que las latas de leche tienen que aparecer. Continué con mi severa advertencia al comenzar el segundo bombardeo. No acepté ningún permiso para retirarse. Parece que algunos no me escucharon por culpa de las explosiones. Cuando me limpié la tierra de los ojos, vi que los únicos que quedaban en la reunión eran Benigno y Joaquín.

Abril 16 de 1967
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Alcanzando el río Ikira fue que notamos que Tania y Alejandro se habían retrasado. La otra vez Tania se atrasó con Dantón. Fuimos a buscarlos temiendo lo peor. Por suerte los encontramos. Muy sudados y sofocados. Le dije a Alejandro que se arreglara la chaqueta, se la había puesto al revés. Al parecer, Tania se lastimó un poco el cuello con la maleza.

A los cuatro campesinos que encontramos en Bella Vista les aseguré que la revolución les daría tierra para criar otro chancho en lugar del que nos comimos. Dijeron que ya tenían tierra, y que mejor les vendría otro chancho. Les prometí una vaca.

Abril 17 de 1967
[…]
Fuimos hasta Tikucha. Pero, por si acaso llegaban tropas de Lagunillas, seguimos hasta Muyupampa. Allí sospechamos que los campesinos habían enviado a un muchacho para avisar al ejército, así que regresamos a Tikucha por la madrugada. No lucía seguro cuando llegamos, y estaba pensando en volver a Muyupampa, mas el sueño y el frío me hicieron cambiar de táctica. Mi concepto de la guerra revolucionaria está muy claro, sólo tengo que reducir mi inseguridad. No, mi vacilación. No, es inseguridad. Aunque creo que es vacilación.

Abril 18 de 1967
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En la casa de los indios guaraníes no conseguimos ninguna información. No hablan español. Inti probó en quechua inutilmente. Pocholo también fracasó con un poco de aymará. El niñito guaraní estaba parado junto a Pocholo y se tapó la nariz. Les tomamos unas gallinas como contribución revolucionaria.

Abril 19 de 1967
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Nos pasamos el día agarrando a todos los campesinos que pasaban en ambas direcciones. Conseguimos casi 30 prisioneros. Le decomisamos el caballo al hermano de un informante del ejército. Se lo hicimos saber a los demás detenidos como escarmiento ante futuras delaciones. Sólo uno reaccionó, dijo que él no tenía caballo. Cuando Loro le preguntó si tenía mujer, se calló.

El periodista inglés que trajeron dos niños desde Lagunillas no me inspiró confianza alguna. No obstante, el francés le pidió que lo ayudase a regresar a la civilización. Como colega y como europeo, le dijo. Yo me lavé las manos, pero después que no venga. Dice el inglés que los soldados le mostraron el diario de Braulio con todo tipo de informaciones, nombres y datos. Braulio será sancionado por indiscreción (anotar en el diario) e irresponsabilidad (perder dicho diario.)

A medianoche Carlos y el francés se fueron con el inglés para Lagunillas. Mandé el grueso de los hombres con ellos para tomar el pueblo. No pudo ser, dada la presencia de soldados y milicias de autodefensa. Nos retiramos antes de esclarecer. De mala gana, el francés se quedó con el inglés. Y yo, con la alemana.

[…]

5 comentarios:

  1. Que bueno que se insistan en esas macabras latas de leche.

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  2. Qué bueno lo de las latas de leche, lo del chupón de Tania en el cuello, y la vaca prometida. Me he reído como una boba. Y las vacilaciones, ¿o inseguridades? Genial. Genial.

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  3. Diana, Zoé & Isis,
    las latas nunca aparecieron. En octubre Guevara reconoce que, entre tantas cosas perdidas, hay dos que sí son importantes: Tania y las puñeteras latas de leche. Sólo cambia esa opinión al verse él mismo perdido.

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  4. LOL! Este diario de la Guerrilla Hambrienta es lo mas aleccionador sobre las "revoluciones enlatads".

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